En la historia del arte pocas obras constituyen una expresión de
libertad, personal y artística, como las denominadas Pinturas negras de Goya. Realizadas
en la mas absoluta soledad, y no teniendo mas destinatario que el propio
artista, estos frescos suponen un grito de rebeldía, lúcido y desesperado,
acerca de las miserias de una España aplastada por la tiranía de una monarquía
absolutista, anclada en la mas negra y terrible de las miserias, tanto física
como, sobre todo, moral.
Uno de estos cuadros es el denominado La
Lectura. Un fraile, vestido con hábito oscuro, probablemente un
franciscano, está leyendo un libro, que mantiene sobre las rodillas y del que
emana una luz que ilumina el grupo, formado por cuatro campesinos, que asisten
a la lectura con rostros intrigados y asombrados. Incluso, el que está situado
en la parte de atrás dirige su mirada hacia el cielo, como si estuviera
asistiendo a algo absolutamente sobrenatural. La oscuridad domina la
composición, sólo rota por el haz luminoso que emana de la escritura. Una
escritura que significa el conocimiento, la ciencia, la sabiduría, pero que no
puede llegar al pueblo mas que a través de la Iglesia, en cuyas manos se
encuentra el control de la educación y la enseñanza.
Este control del conocimiento es y ha sido fundamental para los
gobernantes. Es mucho mas fácil mandar sobre súbditos que sobre ciudadanos. Es
mucho mas difícil el imponer leyes cuando un pueblo tiene capacidad de
discernir y debatir las leyes justas e injustas.
En este caso, Goya cuestiona el papel de la Iglesia en la sociedad del
siglo XIX, pero ese control no es patrimonio de la Iglesia. Todos aquellos que
tienen en mente, no el gobierno de un pueblo o un país, sino el mantenimiento
de un pensamiento, de una forma de gobierno determinada, que en definitiva son
formas de dictadura mas o menos encubiertas, hacen todo lo posible para que el
conocimiento no llegue al pueblo. La diferencia entre un buen gobernante, que
gobierna en beneficio del pueblo, y aquellos que gobiernan para el
mantenimiento de unos privilegios, es el tratamiento que se da a la educación.
En los países democráticos, la Educación es una cuestión de Estado. Todos
los partidos colaboran sin reticencias a fin de conseguir unos planes de
estudio, duraderos y capaces de lograr un buen nivel cultural y científico para
el país. En España, la Educación es una cuestión partidista, donde cada
gobierno intenta modificar los planes de estudio que mejor les vengan a su
ideología, haciendo que ninguno de los planes de diferentes planes de estudio
haya podido ser desarrollado, a expensas del partido que ocupe el gobierno.
Pero eso si, ningún partido ha tenido en cuenta la opinión del profesorado, que
es a fin de cuentas quien está diariamente en las aulas y conoce la
problemática.
Saquemos conclusiones. No es difícil.