En los últimos días estamos asistiendo a una multiplicación de los casos
de violencia de género. En apenas cuatro días han sido cuatro las mujeres
asesinadas, tres de ellas el fin de semana. Este aumento de los asesinatos
causados por el machismo coincide con las fiestas y comidas de empresa que
tienen lugar estos días con motivo de la Navidad, época, según nos quieren
hacer creer, en la que proliferan y afloran los mejores sentimientos del ser
humano, de amor, solidaridad y demás palabras bonitas, vacuas y vacías. El
hombre, pareja o expareja, compañero de trabajo, etc., no parece asumir de buen
grado el ver como la mujer, en uso de su libertad, puede divertirse, puede
tener una relación y posteriormente dejarla, puede hace lo que quiera, sin
necesidad de pedirle permiso al varón.
El hombre, a estas alturas, no parece haber comprendido que en una
relación, para que funcione tienen que estar de acuerdo los dos. Sólo así,
contando con la plena aceptación de ambos, una relación puede funcionar. Y es
que todavía, a estas alturas de la película, el hombre lleva impreso en sus
genes, marcado a fuego en su ADN, que la mujer ha de ser considerada como una
eterna menor, que hay que vigilar, custodiar y tutorizar, indicándole lo que ha
de ser mejor para ella. No sabe aceptar, cuando una mujer le dice que la
relación se acabó, que ya no existe el amor, que cada uno por su lado, no sabe
aceptar, repito, que ésta es una decisión libremente elegida por ella, y que
tiene todo el derecho a ser respetada. Muchos, todavía consideran factible esa
frase: Mientras yo te quiera, tu sigues
conmigo. Se reduce a la mujer a la categoría de objeto, de posesión, de
bien, o incluso de trofeo con el que presumir ante los amigos, de la cual no
hay que tener en consideración su opinión.
Reflexionando un poco sobre estos hechos, nos damos cuenta de que por
mucho que nos rasguemos las vestiduras con cada asesinato de mujeres, la
sociedad no hace nada para impedirlo. Asistimos todos los días a la más pura
cosificación de la mujer. Sólo hay que ver, sobre todo ahora, en época
navideña, los diferentes anuncios con que nos bombardean a todas horas, por
ejemplo de los perfumes, en ellos la mujer, siempre joven, bella, escultural y
modélica, (me refiero el aspecto físico) siempre está dispuesta a caer en los
brazos del hombre, al que se entrega apasionadamente. Siempre es el mismo
modelo de mujer, y siempre es el mismo modelo de comportamiento, siempre son
los mismos roles.
Y es que estos roles vienen dados en la sociedad desde que son pequeños.
No hay mas que ver los catálogos de juguetes, siempre en páginas rosas para las
niñas y azules para los niños. Del niño se espera que tenga en la sociedad un
papel activo, que sea o un gran futbolista, lo mejor que le puede pasar a una
familia para que los saque a todos de pobres, o juguetes de habilidad manual,
en los que el niño pueda ser carpintero, mecánico, etc. Por el contrario, de la
niña se espera que sea una buena ama de casa, una buena madre, una buena
esposa, que sepa cocinar, que sepa coser, etc. Los roles siguen estando
absolutamente marcados. Nadie se atreve a subvertir el orden establecido, Nadie
se atreve a romper la norma.
Es por eso que les voy a escribir mi carta a los Reyes Magos
Queridos Reyes Magos:
Ya se que sus majestades están muy
ocupados y no pueden atender todas las peticiones que les llegan, pero les
ruego que con esta hagan una pequeña excepción. Ustedes saben que todas las
cartas comienzan con la frase: “como éste año he sido muy bueno o buena…”, pero
ustedes saben también que no siempre es cierto, y la verdad es que muchas veces
los niños y niñas, no son mejores por la simple razón de que no los han educado
de la manera adecuada. Por eso querido Reyes Magos, es por lo que les quiero
pedir un poquito de colaboración, contribuyendo, dentro de sus posibilidades, a
la mejor educación de los niños y niñas.
Ustedes saben que tanto los niños
como las niñas piden unos determinados regalos, dependiendo de su sexo,
cacharritos las niñas, y balones, coches y herramientas los niños, ya no quiero
pensar que ustedes puedan traer armamento de ningún tipo. Pues bien, este año,
majestades, hagan un pequeño esfuerzo y cambien el orden de los regalos, al
menos en parte. Regalen cocinitas y muñecas a los niños, y balones y otras
cosas a las niñas. Sólo así, conseguiremos hacer hombres y mujeres libres,
independientes y sin prejuicios. Tenemos que hacer que el niño se de cuenta que
puede jugar con los mismos juguetes que su hermana o amiga, y que eso no sólo
no es malo, sino que le va a dar sensibilidad, ternura y comprensión. Lo mismo,
las niñas se tienen que acostumbrar a jugar con los juguetes de los niños, y
que puede tener un banco de carpintero, y unas herramientas, sin por eso dejar de
ser una niña.
Yo se que ustedes son unos Reyes
comprensivos y de mentalidad abierta, y que me van a hacer caso y ayudar en
esta tarea.
Además, a pesar de la edad que
tienen, y que ya han vivido mucho, yo se que son capaces de evolucionar y
adaptarse a los nuevos tiempo. Incluso, y eso espero verlo, estoy esperando que
en cualquier momento se declaren republicanos.
Muchas gracias