Cervantes va al Mercado

Siempre he creído que la ciudad, y las actuaciones que en ella acomenten las autoridades, han de regirse por la idea de la racionalidad, la cordura y la utilidad. Tal como decía Vitruvio, los edificios deben de tener tres características imprescindibles: Utilitas, Firmitas, Venustas. Utilidad, Firmeza y Belleza. Estas tres cualidades deben de regir, igualmente para las manifestaciones que afecten a los monumentos que sirvan para ornar la ciudad.

Ante la noticia del monumento a los dos genios de la literatura como son Cervantes y Shakespeare que se ha erigido en la plaza del Mercado, he querido comprobar in situ tamaño prodigio.
Vaya por delante que no entiendo el emplazamiento de dicho “monumento” en dicha plaza. Consideraría mas lógico, tal como dicen personas ligadas a la Biblioteca Municipal, que dichos bustos, si es que se les quiere rendir homenaje a los genios de la Literatura, estuvieran ubicados en la puerta de dicha biblioteca, las más antigua de Andalucía, y una de las mas bellas e importantes de España, que además se inauguró un 23 de abril, del ya lejano año de 1873, y no en una plaza en la que se encuentran descontextualizados y desubicados. Falla la primera de las cualidades, la Utilitas.

De la Venustas, creo que es mejor no hablar. La cualidad estética de dicha obra escultórica es bastante más que dudosa, y su concepción, desde mi punto de vista, es absolutamente inadecuada. Concebida como un banco de hierro, sostenido por los dos pilares de los bustos de los escritores, da una sensación de pobreza y falta de entidad. No se si es posible ver a Cervantes como un mero banco, como un descanso, un alto en el camino.

Por otro lado, la fragilidad de la obra, no parece decir mucho de la última de las cualidades requeridas, la Firmitas. Bien es cierto que no es un edificio, sino un ornamento urbano, pero como tal tiene que tener un sentido y una significación. Supongo que el lugar elegido está en relación con el intento de revitalazación que el Ayuntamiento ha de llevar a cabo en la zona de Intramuros. Pero no creo que esta sea la manera mas útil o efectiva. Todo lo contrario. Esta obra, que ya ha sufrido en sus primeras horas actos de vandalismo, que condenamos desde aquí, no va a contribuir a la dinamización del barrio. Si contribuiría la rehabilitación del vecino palacio de Riquelme, cuyo estado, tantas veces denunciado, muestra a las claras el estado de abandono y desidia cultural de una ciudad. Lo que hace falta es dotar al barrio de vida, de vida real, abriendo edificios cerrados y regenerando el entramado urbano. Un barrio no es un museo, aunque en él esté el museo. Un barrio es un organismo vivo, en el que sus habitantes puedan llevar a cabo su actividad diaria sin problemas.

Cervantes no va a salvar el barrio de San Mateo. Serán otras las actuaciones que puedan salvarlo, no pequeños actos, cargados de efectismo, pero sin entidad real.

Por otro lado, si se quiere revitalizar el barrio con monumentos, que mejor que restaurar y proteger la hermosa fuente, a cuyo lado se han puesto las esculturas.

Pero sobre todo, y antes de poner mas monumentos o restaurar dicha fuente, habría que inculcar educación en nuestros jóvenes por su patrimonio, que en definitiva es su historia y su memoria. Mientras tanto, poco puede hacer Cervantes, por mucho que vaya al Mercado.