Una parte de los más pequeños de la casa ha visto cómo en los meses de pandemia ha aumentado su miedo a salir de casa. Os contamos cómo ayudarles a gestionar sus emociones
La pandemia del Covid-19 ha afectado a toda la población mundial, independientemente de su edad. Si bien es cierto que la prensa en general suele centrarse en los daños más visibles provocados por el virus, la muerte de personas, no es menos cierto que el estrés generado por esta pandemia ha provocado otro tipo de daños que han pasado, en cierto modo, desapercibidos.
En este sentido, cabe destacar que los niños también se han visto afectados por los efectos del Covid-19. El hecho de que en los últimos meses hayan tenido que pasar más tiempo en casa con los padres, unido a las noticias que escuchan en la radio o a las propias conversaciones de los progenitores han generado el surgimiento de miedos y temores ante una situación que no pueden gestionar.
En concreto, los expertos estiman que una buena parte de los menores sienten o han sentido miedo a salir de casa y siempre quieren estar cerca de sus padres. Esto, además, también ha ido unido a una caída de su vida social por miedo a contagiarse, algo que los expertos consideran que hay que tratar de superar a través de una comunicación fluida que les permita un mayor autocontrol.
Para conseguirlo, los padres tienen que ser conscientes de que sus hijos necesitan tranquilidad y continuar su vida con la mayor normalidad posible. Por ello, uno de los consejos a seguir es el de responder siempre a las preguntas que hagan los más pequeños. Y es que, al contrario de lo que se suele pensar, el dejar de contestar a sus preguntas es un error grave que los padres suelen cometer pensando que ayudan a sus hijos. Sin embargo, sucede todo lo contrario, ya que al no tener una respuesta clara los niños empiezan a pensar cosas que pueden ser fantasiosas y peligrosas. En este sentido, la información que le damos tiene que ser clara y utilizar un vocabulario que puedan comprender.
Siguiendo estos pasos, los niños pueden aprender a gestionar sus emociones y superar su bogifobia, un término que sirve para explicar el persistente e irracional miedo a lo sobrenatural y a las leyendas urbanas que suelen tener sobre todo los más pequeños y que tradicionalmente hacía referencia a los cuentos de miedo de niños, los fantasmas o los monstruos imaginarios.
El objetivo de fomentar una comunicación sincera y fluida con los más pequeños es minimizar los daños que pueda causar en este momento concreto la influencia del Covid-19 y no añadir nuevas fobias a los miedos que, ya de por sí, suelen tener los menores a lo largo de su infancia como son los que acabamos de mencionar más arriba.
Para saber si nuestro hijo sufre un episodio de bogifobia podemos fijarnos en una serie de experiencias. Así, por un lado, algo propio de este tipo de fobia es el aumento de las pulsaciones cardiacas del menor, la sudoración y el dolor de estómago. En los casos más severos, incluso, muchos pequeños pueden sufrir ataques de pánico que les inmovilizan e incluso les ponen agresivos.
Sobre la edad típica en la que se pueden presentar este tipo de ataques, los expertos sostienen que la franja de edad suele ser más intensa entre los 2 y 6 años, aunque hay que tener en cuenta que se puede desarrollar en cualquier persona, incluso en adultos.
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