¿Cómo cuidar la piel después del verano?

Durante el verano, sometemos nuestra piel a muchos excesos. Tomamos el sol, nos bañamos en piscinas con cloro o en el mar, dormimos menos, no hacemos deporte, etc. Todo esto influye negativamente en ella, y es muy importante que cuidemos nuestra piel después del verano para que se recupere de los excesos que ha padecido. Con estas cinco sencillas recomendaciones, todo será más fácil.

Recuperar nuestra rutina saludable

Recuperar nuestra rutina saludable es la primera regla que nos tiene que guiar.

Entre las actividades más importantes destacan: hacer deporte de manera frecuente, comer sano y dormir bien. Hablando de la alimentación, es importante que comamos productos naturales, no procesados, ricos en minerales y vitaminas, y con un elevado contenido de agua. Otra cosa importante es evitar el consumo de tabaco y de alcohol, que también perjudican nuestra piel. En general, todo consiste en no hacer excesos y en llevar una vida organizada. 

Hidratar la piel 

Todos sabemos que la piel tiene que estar hidratada todo el año. Después del verano está más seca que nunca, y es necesario hidratarla más. Existen numerosos productos para la piel seca, pero es importante elegirlos bien. En una rutina de belleza para la piel seca, es importante empezar por la exfoliación para eliminar las células muertas, y abrir los poros para favorecer la absorción de la crema hidratante. La piel seca prefiere las cremas hidratantes formuladas con humectantes como la glicerina o el ácido hialurónico. Las pieles sensibles, grasas y mixtas, en cambio, necesitan otros tipos de cremas hidratantes. 

Revisar manchas o lunares

Otra cosa que debemos hacer todo el año, y especialmente después del verano, es revisarnos la piel. Es importante observar si han aparecido manchas nuevas o vemos cambios en la pigmentación. Además, debemos averiguar si nuestros lunares han cambiado su forma o tamaño. En definitiva, es necesario que comprobemos nuestra piel para ver si ha experimentado algún cambio sospechoso y, en caso afirmativo, debemos acudir al dermatólogo para que revise tales modificaciones, que pueden ser indicio de alguna enfermedad. Descubrirla y tratarla a tiempo es esencial para que tenga un buen pronóstico y una curación más sencilla. 

Tener una buena higiene

Es esencial también tener una buena higiene. No nos referimos a lavarnos con frecuencia, sino a hacerlo bien. Un gel o jabón agresivo puede perjudicarla o causar una reacción alérgica. Por tanto, debemos utilizar jabones no agresivos de origen natural, especialmente si tenemos la piel sensible. Merece la pena que nos tomemos un tiempo en leer las etiquetas de los productos que vamos a usar para nuestra piel y escojamos el más adecuado a sus características. Así, la recuperaremos tras los excesos del verano y la tendremos siempre en óptimas condiciones. 

Continuar usando protector solar

En otoño, el sol no desaparece. Es aconsejable seguir usando un protector solar cuando vayamos a estar expuestos a él. En este sentido, debemos elegir cremas que protejan contra los rayos UVA y UVB. No olvidemos que la piel de la cara y del cuello es la más expuesta a los rayos solares, por eso es necesario seguir aplicando el protector solar en esta zona así como hidratarla de manera más intensa.