Crispación antipolítica

La política española, en los últimos años, cada vez causa más desesperación en nuestro país. Cada vez estamos más desilusionados con los nuevos políticos de una era moderna que tiene muy poco de moderna en cuanto a ideas. La política española de hoy en día causa una crispación que te lleva directamente al voto en blanco. Nadie decente. Nadie coherente. Una jungla.

A todo esto hay que sumarle el radicalismo de los últimos años. La nueva política ha cogido un tono salvaje y preocupante en cada comparecencia, incluso con casi 30.000 fallecidos a las espaldas, continúan jugando al juego de a ver quién es más malvado. La crispación de cada acusación y grosería lleva a límites insospechados. Como los dos últimos casos. Unos llaman terroristas a otros, y los otros llaman golpistas a los unos. Actos demenciales y barriobajeros, con una mala educación terrible y muy cerca de un ambiente de guerracivilismo terrorífico. El radicalismo, la egolatría, el poder, la hipocresía, el odio y por supuesto la maldad se están apoderando de los que nos gobiernan. Y eso la sociedad española no lo puede tolerar. Parece que todo vale en las altas esferas, y nada más lejos de la realidad. Todo se televisa y da vergüenza ajena. Basta ya.

El respeto entre nosotros hace tiempo que se perdió. Y ahora también los están perdiendo, desde hace tiempo también, los políticos en el estrado. El radicalismo de la sociedad lo ha promovido la propia política de nuestra sociedad. En ambos lados, sin distinción. Ambos opuestos son igual de peligrosos y bochornosos. Ambos opuestos nos pueden llevar al desastre más absoluto como sociedad. El ambiente de guerracivilismo que existe en España, en plena crisis global, promovido por los que manejan a las marionetas a su antojo buscando hacer daño, solamente da una solución la a crispación de los inteligentes. En un mundo de ‘antis’ y fobias, utilicémoslo para decirles que no a quién nos utilizan a su antojo. La conciliación y la unión son el único camino hacia una sociedad próspera. Todo lo demás siempre estará más cerca del abismo.