Juan Gómez Jurado tiene la capacidad de reinventarse en cada libro para dejarnos marcados para siempre. Como el regusto eterno del buen café, sus novelas suelen llegar para quedarse en nuestro paladar literario. Te las bebes de un sorbo, casi sin darte cuenta, y luego no se van. Y no es lo que cuenta, sino cómo lo hace. En sus libros esconde el secreto del escritor de éxito. Una esencia que hace que sus historias sean adictivas.
Con
El Paciente dio un giro a sus últimas novelas. Y con su última aventura,
Cicatriz (
Ediciones B), nos lleva a un nuevo destino. No cojan equipaje para este apasionante viaje en el que nos encontraremos con mafias, tráfico sexual y algoritmos.
Si todavía no ha leído a este autor, además de haberse perdido mucho, tiene que saber una cosa. No haga planes para los próximos días. Nada más empiece a leer
Cicatriz entenderá de lo que le hablo. Su mundo se detendrá, todo girará alrededor de la novela, y sus ratos libres estarán reservados en exclusiva para acompañar a Simon e Irina por una intrigante trama.
Gómez Jurado vuelve a conseguir algo que aparentemente parece sencillo y dan por hecho muchos autores sin lograrlo. Entretiene y transmite. Emociona y mantiene el suspense. Logra unir el thriller con el amor. Activa al lector y marca a la perfección los tiempos para que la historia que cuenta te deje huella. Domina magistralmente el género y toca las piezas claves. El final es un auténtico problema. ¿Cómo vamos a calmar las ganas de leer más?