Faltaba esta novela. Faltaba una historia que hablase sobre la época del horror nazi desde la mirada de un niño. El libro en cuestión no es
El niño del pijama de rayas, pero lleva la misma firma, la de un
John Boyne que ha logrado escribir una historia notable manteniendo la misma temática de fondo, pero cambiando al niño protagonista.
En esta ocasión, la novela de
Boyne lleva por título
El niño en la cima de la montaña (
Salamandra), un relato que ya forma parte de nuestro
especial de libros sobre el Holocausto. Sinceramente, el libro me ha gustado. Inevitable puede resultar buscar la comparativa con el exitoso relato anterior del autor, pero en esta ocasión nos encontramos con una historia diferente, que tiene de fondo el tema de la guerra, pero que no profundiza tanto en el drama ni la barbarie.
Pierrot o Pieter -ya entenderán los motivos del cambio de nombre- es el protagonista, un chico de siete años que tras quedarse huérfano, y pasar por un se traslada a vivir con su tía a una casa en los Alpes de Baviera, una casa que es propiedad del mismísimo Adolf Hitler. El poder del mal y su capacidad para alterar las conciencias van marcando una historia sobre la condición humana y las consecuencias de la traición.
Con el estilo sencillo que caracteriza al autor,
Boyne va tejiendo una novela que se lee cómodamente y que, en esta ocasión, no conmueve tanto pero sí que reflexiona sobre la influencia de los líderes en las personas. En esta ocasión, el
señor del bigotito marcó durante un tiempo la personalidad del protagonista. Hasta que Pierrot se encuentra consigo mismo y empieza a cargar con el peso de la culpa de haber sido lo que nunca hubiera querido. Muy destacable y emotivo el epílogo final de un libro también recomendable para los lectores adolescentes.