Dormir lo suficiente puede mejorar la salud física y mental

En la actualidad, es común encontrarse con refranes que menosprecian las horas de sueño cómo “dormir es para los débiles”. Sin embargo, el sueño está asociado, de acuerdo con numerosos estudios científicos, con el bienestar y una buena salud, tanto psicológica como física. Incluso, dormir lo suficiente aporta beneficios similares a los de una dieta sana y balanceada, así como una rutina de ejercicios.

Dentro de las necesidades básicas humanas, el sueño es una de las más importantes. Esta función permite que la mente y el cuerpo renueven energías para afrontar una nueva jornada de trabajo o de estudio. De esta manera, recientes investigaciones han asociado la calidad del sueño una reducción de los niveles de estrés en las personas. Por ello, tiendas como colchonesycanapesabatibles.com ofrecen una gran variedad de colchones y accesorios de cama al mejor precio del mercado, con los cuales permiten disfrutar de un sueño profundo y reparador.

¿Cuántas horas son necesarias  para un descanso oportuno?

Las horas que cada persona necesita para gozar de un descanso reparador puede variar de acuerdo a su edad.

- Recién nacidos: 14 a 17 horas

- Bebés entre 4-11 meses: 12 a 15 horas

- Niños entre 1 y 2 años: 11 a 14 horas

- Niños entre 3 y 5 años: 10 a 13 horas

- Niños entre 6 a 13 años: 9 a 11 horas

- Adolescentes entre 14 y 17 años: 8 a 10 horas

- Adulto joven entre 18 y 25 años: 7 a 9 horas

- Adulto entre 26 y 64 años: 7 y 9 horas

- Adulto mayor de 65 años en adelante: 7 a 8 horas

5 razones para comenzar a respetar las horas del sueño

En un mundo tan competitivo laboralmente como el actual, cada vez es más difícil que los adultos disfruten de un descanso nocturno. Algunas personas prescinden de las horas de sueño por considerarlas una pérdida de tiempo. No obstante, el sueño cumple diversas funciones en el organismo. Es el responsable de mejorar la concentración y contribuye a pensar claramente durante el día. 

A continuación, se destacan algunos motivos por los que un buen descanso debe tomarse con regularidad.

- Incrementa la concentración y la productividad

Según investigaciones recientes, el sueño guarda relación con ciertas funciones cerebrales. Entre ellas se encuentran la concentración, el estado de alerta y la productividad de la persona. En la rutina diaria, mantenerse en estado de alerta puede marcar la diferencia entre un accidente de coche o errores en el trabajo. Asimismo, tras el sueño nocturno, es normal que las habilidades de la memoria y la resolución de problemas estén mucho más activas.

- Mayor consumo de calorías y mayor peso

Por su parte, las hormonas del apetito también se ven afectadas ante la privación del sueño.  Los profesionales de la Salud aseguran que mientras menos horas se dediquen al descanso más alta es la probabilidad de tener mayor apetito y, por ende, comer más de lo que se debe durante el día. Asimismo, la falta de sueño también influye en el aumento de peso, con lo cual, constituye un factor de riesgo de obesidad, tanto en adultos como en niños. Por este motivo, se recomienda incorporar a la habitación accesorios y productos como almohadas, literas o colchones  que puedan mejorar la calidad y cantidad del sueño.

- Enfermedades cardíacas y cerebrovasculares

La falta de sueño también es un factor de riesgo para padecer un derrame cerebral, entre otros accidentes cerebrovasculares. Además, la medicina afirma que una duración corta del sueño es capaz de generar enfermedades crónicas y cardíacas.

- Depresión

Estudio científicos estiman que dentro de los factores que inciden en la muerte por suicidio, se encuentra la privación del sueño. De esta manera, un alto porcentaje de las personas que sufre de depresión y otros problemas de la salud mental han manifestado tener cortos períodos de sueño.

- Mejor sistema inmunológico

Los patrones de sueño adecuados, además de una dieta balanceada y una rutina de ejercicio regular, fortalece el sistema inmunológico. Así, quienes no duermen lo suficiente son más susceptibles a contagiarse de gripe, resfriado o el virus de temporada.