Leo en los medios de comunicación taurinos, porque en los generales apenas se ha comentado nada de ello, la retirada, al perecer temporal, de Cayetano Rivera. Pero lo que más me ha llamado la atención es la unánime indiferencia mostrada por los aficionados en sus comentarios tras la despedida del diestro. ¿Se puede plantear a Cayetado como un torero prefabricado? ¿Cómo un producto vendible en un momento de histeria comercial colectiva y consumismo salvaje? ¿vocación tardía? ¿capricho? Juzguen ustedes mismos.
Hijo de torero caído en el ruedo, nieto de uno de los grandes, biznieto de otro de los que hacen historia, sobrinonieto de uno de los toreros mediáticos más importantes del siglo XX; vaya, que la ocasión la pintan calva. Con estudios de imagen y empresariales, con atractivo y encanto personal que le llevó a las pasarelas de la mano de Armani, con evidente fotogenia y manifiesta elegancia, con conocimiento del toreo, como es natural y con un "pellizco" que nunca terminó de cuajar, ¿porque no intentarlo?
Cayetano solo estuvo una temporada y media de novillero con caballos (sin datos con los erales), si bien toreó 58 novillada en 2005 y otras 43 en 2006, para muchos aficionados fueron novilladas "escogías", insuficiente para forjase como torero en los ruedos y no en capeas cortijeras.
A Cayetano le han "pegado" los toros por su desconocimiento del oficio, se es torero en el campo, en la plaza y sobre todo en el alma. Con pellizco, nombre e imagen no basta. Es incuestionable su valor y entrega pero su capacidad artística carece de profundidad verdadera, y eso lo convierte en un "medio espada" como se decía en el XIX o como se podría decir en estos tiempos, en un eterno aprendíz.
Tampoco la gestión de su tío Curro Vázquez parece que le haya aportado la experiencia que le hubiese sido necesaria para plantearse si de verdad sirve o no para esto. Para llegar lejos en el toro es necesario bailar con todas y en todos los salones y tras la perfección del "baile" llegará el momento de elegir a la más guapa y en los mejores salones, de lo contrario todo parece artificial, falso, incluso el innegable esfuerzo no valdrá la pena.
Maestro Cayetano, si le volvemos a ver en los ruedos espero que sea con un apoderado que le obligue a ganarse el sitio y que aprenda como aprenden la inmensa mayoría de los toreros, "a codazos y cornás".
O al menos así lo veo yo, como siempre, desde el tendido.
José Duarte