“Antonio Carrasco es el mayoral de Fermín Bohórquez”, comenzaba diciendo sobre él una entrevista publicada en el periódico de la ciudad el 18 de mayo de 1987. Por entonces, este arcense de rostro desconocido fuera del mundo del caballo, acababa de sacar a la pista de Sementales un enganche de 11 caballos. Más de una decena de equinos que manejaba con su mano izquierda. ¿Y la derecha? “Para tocar la guitarra”, dice entre risas Antonio Carrasco décadas después.
En realidad, en la derecha llevaba la fusta, algo que no resta mérito alguno a la gesta de un hombre cuya mayor pasión han sido los caballos. Por su labor, sigue esperando el Caballo de Oro que le prometieron en 2007, pero este humilde mayoral vive en Federico Mayo, aunque ostente más premios en su haber y haya dedicado más horas a estos animales que cualquier otro, así que continúa esperando una década después.
La presentación de Carrasco, a pesar de su currículum, no es otra que los 11 caballos que sacó en aquel Gran Premio de Mayorales de 1987. ¿Hace falta algo más? Pues incluso paseó por la Feria con ellos y fue con el enganche y Álvaro Domecq a los toros. Alrededor de 20 metros contando desde los pericones hasta el final del coche.
El currículum de Antonio Carrasco es envidiable con premios de España, medias potencias, yeguas, caballos, a la media, a la larga… De hecho, se estrenó en 1973 con el Premio de Media Potencia de Écija y cerró su palmarés en 2007 con el Gran Premio de Mayoral en Ronda, el Gran Premio de Mayoral en Sevilla, el Mejor Cochero profesional clasificado en Sevilla y Mejor Cochero media potencia clasificado en Sevilla.
A pesar de todo, si se le pregunta, Antonio Carrasco responde: “Lo único que yo he hecho en todas las empresas a las que yo les he prestado mis servicios ha sido cumplir con mi obligación”.
Pero esa contestación no es más que fruto de su humildad. El secreto lo había revelado mucho antes, pero en una conversación actual lo vuelve a remarcar: “El secreto está en la constancia”.
Aunque también hay un mucho de pasión. Y lo recalca con una anécdota que le sirve para dar su visión del enganche actual:
El mundo del enganche está un poco flojo. Pero hay mucha gente buena sirviendo. Este es muy bueno, está muy bien preparado… Pero la afición mía no la tiene. Está deseando soltar para quitarse del medio y yo estaba en la Feria y no me hartaba de dar vueltas. Cuando yo empecé con los de Córdoba, los caballos llevaban muy poca doma, porque era el primer enganche que yo domé. Nos metimos en la Feria y yo me acuerdo que tenía las manos reventadas por culpa de las riendas. Tenía todas las manos llenas de esparadrapos, otras eran esterillas… Yo estaba deseando que llegara la noche para soltar y lavarme las manos; estaba acostado y estaba deseando que fuera de día para montarme en el coche incluso con las manos así.
Ya lo advertía en aquel mayo de 1987, en una entrevista publicada por Diario de Jerez, cuando se le preguntaba si su trabajo se hacía por dinero o por afición: “Yo creo que más que nada se hace por afición. El dinero es importante porque lógicamente lo necesitamos y de eso vivimos, pero fuera aparte del dinero la afición es lo más importante, a mi forma de ver”.
De cualquier forma, no hace falta que lo diga, salta a la vista. Nada más llegar al barrio de Federico Mayo se sabe cual es la casa de Carrasco, pues tiene dos caballos en la puerta. Dentro, todo un museo donde se puede apreciar su carrera, sus logros, cómo sus caballos iban todos en consonancia a su voz y el aprecio que le tienen aquellos que de él aprendieron.
Como si de un museo se tratara, va explicando cada uno de los acontecimientos a los que pertenecen los trofeos. Cuando parece que ya no puede haber más, señala: “Ahí arriba quedan unos cuantos”. Cuadros de bellísima factura recuerdan que fue uno de los mejores mayorales que ha dado la tierra: “Esta foto es espectacular, porque solo uno de los cinco caballos va cambiado de una mano, los pies los llevan todos iguales”.
Al hilo de esta conversación, se le pregunta cómo lo hacía. Al fin y al cabo logró que 11 caballos caminaran a la vez en más de una ocasión:
En el enganche, tanto para arrancar como para parar, no debe haber un segundo entre la salida de uno y otro. Como salga uno antes y otro después, imposible. Obsérvalo en los enganches. Cuando les pegan la voz, los caballos arrancan cuando les da la gana y tienen que arrancar todos a la vez. Eso se consigue bajando pie a tierra y parando y arrancando mucho desde pie a tierra. Los nombras y salen; los nombras y paras. Así el caballo se acostumbra a la voz y, cuando el caballo lo escucha, se para de momento. Los míos siempre han estado muy puestos a la voz. Los paras y los arrancas. Siempre con la misma voz. Tú te montas en el coche, les pegas una voz y no se mueve ni uno. Yo lo hago y salen todos a la vez; ese es el arte del enganche.
A raíz de esto, Carrasco rememora las carreras realizadas con enganches y cómo sus caballos se quedaban prácticamente clavados en las picas de señal de meta. Estas pruebas se realizaban en el Sicav:
Nos ponían los bolos y a ver quién llega el primero. Había dos banderas y cuando llegaban las caras de los guías, de los pericones, ya no contaba el tiempo. Bueno, pues cuando las caras de los pericones llegaban a las banderas, pegaba yo la voz, y cuando el carro llegaba a las banderas estaba todo parado. A mí me decían Alvarito y Luis: "Antonio, ¿cómo te las avías?". Y Alvarito me decía: “¿Cómo te paras en dos o tres metros con cuatro caballos enganchados?” Digo: “Pues porque tengo la voz de los caballos. Con que le toque las riendas, le toque el freno y le pegue la voz…" Está feo que yo lo diga, pero a mis compañeros les tenían que poner unas cortinas porque se salían para afuera los caballos. Y es que como le sueltes las caras a los caballos… Hay que trabajarlos mucho. Esa es la base principal: el estar y no quedarte dormido.
Entre anécdota y anécdota se pierde la conversación. Hace ya diez años que está jubilado, aunque hace ‘cosillas’ para distraerse. Mientras conduce para dar fin a la charla, entra por una calle estrecha del centro de Jerez, se monta con su todoterreno encima de un bordillo y comenta sin quitar la vista de la carretera: “Esto con mis caballos no me habría pasado”. Las risas llegaban porque con el bache del coche, todos los presentes ya habían pensado en aquella parte de la charla en la que, con 11 caballos a los mandos en los alrededores de una plaza de toros abarrotada de coches, afirmó: “Jamás he tocado un bordillo, ni girando, con mis enganches”.
Xerezmania Producciones S.L. ha sido beneficiaria del Fondo Europeo de Desarrollo Regional cuyo Objetivo es mejorar el uso y la calidad de las tecnologías de la información y de las comunicaciones y el acceso a las mismas y gracias al que ha implementado: Desarrollo de app móvil para la mejora de competitividad y productividad de la empresa. Esta acción ha tenido lugar durante 2018. Para ello ha contado con el apoyo del programa TICCámaras de la Cámara de Comercio de Jerez