El Museo Arqueológico de Granada invita a recorrer los suelos de patios y calles de la ciudad

Para conocer una ciudad no basta con mirar al frente y hacia arriba. Tampoco Granada, la Granada nazarí, la monumental, se llega a conocer del todo sin mirar... hacia abajo. Al suelo, sí. En los empedrados de sus calles y de sus patios se esconde también el 'alma' y la identidad de la ciudad y precisamente ésa es la propuesta que hace el Museo Arqueológico de Granada en una muestra que se podrá visitar hasta el próximo 15 de septiembre y que recoge algunos de sus ejemplos más significativos.

Fueron los griegos los primeros en utilizar este tipo de solerías en patios y zaguanes, y su influencia llegó a otros pueblos hasta asentarse en España. Al fin y al cabo, el empedrado granadino no deja de ser una suerte de mosaico en el que se sustituyen las teselas por cantos rodados. Durante la Edad Media, los empedrados fueron olvidados en estas tierras, pero resurgieron, con fuerza, a partir del Renacimiento.

En sus orígenes, cuentan los estudiosos de la materia, estuvieron reservados a los patios de las casas, a los jardines de los cármenes, a espacios públicos de representación, como los compases de las iglesias, o edificios como la Madraza, tras convertirse en la primera sede del Ayuntamiento granadino, que tuvo varios empedrados en el siglo XVI y XVII, ya desparecidos. A mediados del siglo XIX se popularizó su uso y el empedrado saltó de las casas, del ámbito privado, a las calles y plazas.

Años de intervenciones arqueológicas han permitido documentar cientos de estos suelos, cuenta el arqueólogo Ángel Rodríguez Aguilera, que lleva 20 años investigando la materia y que es, además, el comisario de la exposición. El empedrado "no es de la época musulmana, como todo el mundo cree, y no se ha utilizado en las vías públicas, sino en los interiores de las viviendas", explica el experto.

En esta muestra se pueden observar algunos muy singulares, como el empedrado de la Cartuja, el del convento de Santa Isabel la Real, el del Palacio de los Marqueses de Cartagena o el empedrado honorífico a Mariana Pineda, pero hay muchos más, dice Rodríguez Aguilera, que ejerce asimismo de guía en los paseos por empedrados históricos que se incluyen, con salida desde Santa Isabel la Real.

Una serie de talleres han complementado el programa de actividades diseñado por el Arqueológico de Granada, con la posibilidad de aprender cómo se hacían este tipo de suelos.