En 1575 el cabildo de Jerez erige uno de los monumentos más emblemáticos
de la ciudad, auténtica joya del Renacimiento, no sólo a nivel local, sino
incluso nacional, y que habría de servir para albergar el Cabildo civil. Los
maestros locales Andrés de Rivera, Diego Martín de Oliva y Bartolomé Sánchez,
son los encargados de levantar esta obra, aunque no conocemos la participación
que cada uno de ellos tuvo.
A través de la iconografía representada en la portada, se hace un elogio
del monarca reinante, Felipe II, en cuyo nombre actúa el Corregidor, D.
Baltasar de Morales Maldonado. Las imágenes de Hércules y Julio Cesar, míticos
fundador y legislador, sirven para poner de relieve las virtudes que debe de
tener un gobernante y en este caso el monarca reinante.
Tras ensalzar los hechos victoriosos de Felipe II, y mostrar postradas a
sus pies las armas de todos aquellos pueblos que han sucumbido ante el poderío
del rey, aparecen las representaciones de Europa, Asia, América y el Turco,
recientemente vencido en Lepanto. Hay que señalar que la representación de
América es de las más tempranas.
Lo mas importante es que, si bien es cierto que las victorias son
importantes, lo que quiere mostrar ante todo es las consecuencias de ellas, la
paz. Sólo tras conseguir la ansiada paz es posible lograr la abundancia en las
cosechas, el bienestar del pueblo, y sobre todo, las consecuencias de la paz se
han de ver también en las artes, la literatura, la poesía, la música, la
arquitectura. En definitiva, todo aquello que puede hacer feliz al pueblo. La
abundancia generada tras la consecución de la paz afecta a los bienes
materiales, buenas cosechas y fertilidad, pero también bienes necesarios para
el espíritu.
Como declaración de intenciones está bien. Hay que tener en cuenta que en
una monarquía autoritaria como la de Felipe II, en la cual el poder deviene de
Dios, es preciso, en teoría, gobernar en alabanza de Dios. Que se cumpliera o
no es ya otra cosa bien distinta. Pero el rey tiene a gala el obrar siempre con
justicia y equidad, siendo poseedor de las cuatro virtudes, representadas en el
Cabildo, que son necesarias para el Buen Gobierno. Es por ello que el Cabildo
Viejo de Jerez hay que verlo como El Palacio del Buen Gobierno.
Si comparamos esta declaración de intenciones del Cabildo con los
modernos políticos, no pueden estar mas de acuerdo. Siempre se gobierna a favor
del pueblo, al menos eso es lo que nos dicen, pero la realidad es muy
diferente. Lo hemos visto en tiempos recientes. Se ha gobernado para unas
oligarquías económicas. Se han salvado a los bancos, en detrimento de sus
usuarios, que han sido desahuciados. Los impuesto cada vez son mayores a las
clases mas desfavorecidas. La brecha económica y social entre las rentas más
altas y las más bajas cada vez es mayor.
El nuevo gobierno del partido conservador en el gobierno es a todas luces
absolutamente continuista. No parece que vaya a haber ningún cambio apreciable.
Casi parece un desafío a una posible oposición. Es una clara advertencia de que
se va a seguir la misma política que ha llevado a esta situación, y si no se
está de acuerdo, se convocan elecciones y acabado. El que no tenga candidato
preparado lo tendrá que ir buscando a ritmo acelerado. No es momento de
adhesiones tibias.
¿Podría hoy figurar en el palacio de la Moncloa, actual sede del
gobierno, toda una serie de aves, que por su significado nos hablan de
Justicia, Igualdad, Concordia, etc.? Creo que El Ave Fénix, el Buitre, la
Abubilla, el Avestruz, el Alción, y tantas otras como el Cisne, símbolo de los
poetas, tendrán que buscarse otro lugar en que anidar, como por ejemplo en los
palacios del siglo XVI. Hay algunos conceptos de difícil encaje en la política
actual.
Pero lo importante es saber ver, entender, las lecciones que nos ofrece
nuestro patrimonio, siempre vivo. Tan sólo aprendiendo del pasado podemos
afrontar el futuro, aunque los conceptos económicos y políticos no tengan nada
que ver con aquellos. El liberalismo económico actual, no admite demasiadas
lecciones de antaño.
Humanicemos la política y hagamos que la democracia sea real.