España, ¿hay alguien ahí?

"Hay dos Españas, pero no son las de Machado. Hay una España urbana y europea, indistinguible en todos sus rasgos de cualquier sociedad urbana europea y, una España interior y despoblada, que he llamado España vacía". Sergio del Molino es el autor que le ha puesto nombre a ese país, tan distante en sus dos caras, en La España vacía (Turner). 

"Los habitantes de esta España vacía se sienten abandonados a su suerte. Muchos están resentidos. Inventan un pasado lleno de vida y niños y gente. Un pasado mítico que algunos sueñan revivir gracias a los inmigrantes que vienen del este de Europe y de Latinoamérica, que han sido los únicos jóvenes que se han atrevido a montar su hogar en sitios como aquellos. Pero lo cierto es que la España vacía nunca estuvo llena", cuenta el autor. Y por eso, como dice el subtítulo, este recorrido es un viaje por un país que nunca fue. 

Aunque tiene mucho de ensayo histórico, este libro no podía faltar en nuestro especial sobre libros de viajes. Del Molino marca una ruta por el tiempo y el espacio. Y se pone a contar lo que va viviendo, sintiendo, recordando, sobre ese camino que está cargado de paradas culturales, literarias y cinematográficas. Tras la huella de otros caminantes, el autor dibuja esa postal en movimiento de una España abandonada que va desde Las Hurdes al Moncayo pasando por pueblos que pasaron a la historia por sus crímenes, como el caso de Puerto Hurraco. 

El autor viste esa España desnuda y abandonada en un título que desmonta muchos mitos sobre lo rural al mismo tiempo que reflexiona sobre esa despoblación del interior de un país tan especial y peculiar como el nuestro. Machado, Bécquer, Azorín, Buñuel, Unamuno y el propio Quijote son algunos de los viajeros de honor de un ensayo que también cuenta con pasajes políticos, nostálgicos y mitológicos.

Un trabajo extraordinario, bien documentado, sin ánimo de adoctrinar y con el único objetivo de contar y contar. Costumbres, tradiciones e historias de terror conviven junto al silencio. El silencio del paisaje y la libertad de poder elegir los caminos por los que transitar.