Frío contra tumores renales

La crioterapia para el tratamiento de cáncer renal permite eliminar el tumor y conservar la máxima función de este órgano

El frío es uno de los mayores remedios de la historia y se ha utilizado con propósitos médicos durante siglos. En la actualidad el uso de la crioterapia, (utilización terapéutica del frío), está muy extendida en intervenciones de estética así como en tratamientos deportivos. Pero lo que no es tan conocido, es su gran utilidad para combatir cánceres y tumores.

HLA Jerez Puerta del Sur, comprometido en ofrecer la máxima calidad asistencial, ha añadido a su cartera de servicios la crioterapia para el tratamiento de tumores renales. “Este tumor se diagnostica cada vez con más frecuencia y afortunadamente en fases más precoces, y muchos pacientes son curados definitivamente con la extirpación o eliminación del tumor”, explica Federico Rodríguez-Rubio, del Servicio de Urología del centro jerezano, y añade que “la mayoría de estos se tratan mediante procedimientos quirúrgicos que extirpan todo o parte del riñón. Pero con este método mínimamente invasivo podemos eliminar el tumor, conservando la máxima función renal”. 

Además, esta intervención posibilita evitar los riesgos asociados a la cirugía tradicional, y se trabaja con anestesia local y una sedación suave del paciente. 

Temperaturas de hasta -80º

La crioterapia, que es indispensable hacerla en centros que cuenten con TAC que permitan localizar la lesión, consiste en la introducción de agujas durante unos minutos en la zona donde se ha identificado la lesión cancerosa. Las puntas de las agujas se enfrían a muy baja temperatura (pueden llegar hasta alcanzar los -80) y se calientan para volver a enfriarse de nuevo. “Estos cambios se realizan porque el frío que sirve para destruir las células cancerosas no puede ser constante, porque también destruiría el resto del órgano que está sano”, explica el urólogo. De esta forma, las células tumorales mueren y se estima que serán reabsorbidas por el cuerpo en aproximadamente un mes.

Las ventajas son tangibles evidentes, el paciente vuelve a casa después de permanecer 24 horas en observación, es una técnica poco invasiva frente a otras más tradicionales, no precisa anestesia general y no se somete a la agresión de perder un riñón completo. 

Caso de éxito

HLA Jerez Puerta del Sur acaba de realizar con buenos resultados  una intervención de esta clase. “A la paciente tratada, una mujer mayor y con sobrepeso, se le ofreció esta opción además de la cirugía tradicional y se decantó por la crioterapia al conocer los bajos riesgos y la rápida recuperación de este método”, detalla el profesional, y añade que “el procedimiento ha ido muy bien, no solo a nivel técnico, sino también oncológico. En la revisión de los 6 meses, que se hace con el TAC, la lesión no capta contraste, es decir, está atenuada. De este modo podemos decir que hemos controlado un tumor renal sin tener que operarlo ni quitarlo”. 

No todos los tumores en los riñones pueden ser tratados con esta técnica, y se seleccionan los casos en función de si la lesión es periférica o no. Para las otras opciones, lo mejor es realizar una cirugía laparoscópica. 

Por lo tanto, este método es ideal para estadios iniciales del cáncer y para aquellos en los que la cirugía tradicional y las otras alternativas no son recomendables, como en los casos en los que los pacientes padezcan hipertensión, diabetes o algún otro tipo de enfermedades del corazón que no les permita someterse a una anestesia general, problemas de obesidad o que tengan una edad avanzada. “Son justo los lugares y los momentos en los que la crioterapia tiene posibilidad como tratamiento”, concluye el Dr. Rodríguez-Rubio.