Hombre, por favor

Es tiempo de mujeres. Es evidente que todos (disculpen el uso del género no marcado) estamos hartos del paternalismo de este sistema. Bueno, todos no. En este fantástico lienzo que acompaña el artículo vemos al delegado socialista José Antonio Díaz, hombre él, acompañado de al menos 12 personas del mismo sexo y tomando decisiones respecto al nuevo plan de limpieza de la ciudad. La obra se titula El techo de cristal y está expuesta en la web del Ayuntamiento de Jerez para orgullo de todos los conciudadanos.

Y es que “manda huevos”, “tiene pelotas la cosa”, “tócate los cojones”. Viene el PSOE, el de la Ley de Cuotas, las listas cremallera, el continuo “ciudadanos y ciudadanas”, quienes dieron luz a la palabra ''miembra'' y, de repente, hacen esto. Personalmente, apoyo la igualdad, trato de aplicarla en mi día a día y procuro creer que es un concepto que existe cuando hablamos de oportunidades. Es cierto que no me gusta la discriminación positiva per se, porque apelo a valorar el mérito y la capacidad personales. En consecuencia, me resulta más que chocante que de 13 (quizás 15, porque se intuye que caben en la foto hasta un par de personas a las que Díaz estaría mirando) machotes con cierta capacidad de decisión, no haya ninguna mujer a la vista. “¡A fregar!” debe estar pasando por sus cabezas. “¡Andá a lavar los platos!”, como dijese en prime time el arquero argentino Hugo ‘El Loco’ Gatti.

Es importante que un camarero (o camarera, claro) deje de prejuzgar que la cerveza sea para ''el caballero'' y el refresco para ''la señorita''. Es importante que tu suegra entienda que tu hija también puede llevar un chupete azul. Es importante que tu cuñado respete que tu crío pase de Messi y prefiera peinar a una muñeca. Todo ello es relevante, en la medida de que son pequeñas gotas que perpetúan esta sociedad machista que aún está por desaparecer. Pero lo de Díaz y sus colegas es mucho más que eso, es el vivo reflejo de que el feminismo tiene problemas enormes por atajar, más allá de los micromachismos. Que todavía hay grandes molinos que derribar. Y mientras esos molinos sigan en pie, el feminismo no será más que un insignificante Quijote secuestrado por los poderes, al que usarán como herramienta partidista y eslogan carente de contenido.

Así que, desde aquí, mi ánimo a todas las mujeres, en especial a las del Partido Socialista, por tener que presenciar una nueva imagen en la que al Poder se le sale la testosterona por los bordes. Ánimo a todas, incluso a las que miren para otro lado ante tal escena para no salirse del rebaño del puño y la rosa. Ánimo, porque el enemigo es grande y la batalla será larga.