Lur Sotuela es sinónimo de innovación y originalidad literaria. Ya lo pudimos comprobar en ese rompecabezas de sensaciones que era
Alucinario, una de sus anteriores obras. Ahora, en
Maldita literatura (
Eneida), el autor nos guía hacia un lugar imaginario en el que conviven la literatura y la vida.
Unos protagonistas muy especiales, unos escritores heterodoxos y malditos, son los que se encargan de marcarnos el camino a través de los relatos que componen esta obra de difícil calificación ya que, como bien apunta el autor, no se trata de una novela, ni de un libro de relatos, ni tan siquiera de una obra lírica. Y tampoco de un ensayo. Maldita literatura es todo y nada. Es literatura sin complejos escrita por autores acomplejados.
“Vive sola y apenas se comunica. Habitual usuaria de las bibliotecas públicas, trabaja como jardinera en el parque botánico de la ciudad. Pocos días antes de cumplir sesenta años, en silencio, sin despedirse siquiera de su trabajo, se desvanece como el humo en la niebla”.
Maldita literatura es literatura maldita, un cóctel variado de sensaciones, de personajes de los más peculiares, de géneros literarios que se dan la mano, que van y vienen. Relatos, crónicas, pequeñas biografías y vuelta a empezar para encontrarnos con escritores suicidas, brujas, caníbales o licántropos.
Con un estilo muy particular, algo que se agradece muchísimo en los tiempos actuales donde muchos autores permanecen anquilosados y anclados a las directrices editoriales, Lur Sotuela confecciona un cuento grande de pequeños fragmentos.