Editorial: ‘Bulos, Zara y la burra de Jerez’

La alcaldesa socialista Mamen Sánchez ha repartido entre junio y julio de este mismo año más de 300.000 euros a los medios de comunicación de Jerez. No a todos, a los de siempre. Sí, 50 millones de las extintas pesetas en un par de meses. A cambio, estos se encargan de ofrecer una imagen lo más positiva posible de la ciudad y de suavizar, e incluso silenciar, los aspectos oscuros. Así, por ejemplo, si se pretende una subida de sueldos indecente en el Consistorio y se denuncia públicamente, alguno de ellos se encarga de decir que es un bulo. Porque los que cobran del político no mienten; los mentirosos son siempre los demás. Ese es su argumento que tienen interiorizado.

Sea lo que fuere, la consigna de la alcaldesa en este Jerez triste y en ruinas (y para eso paga) es que hay que ser positivos, no permitir que nadie caiga en lo que ella considera "alarmismo". Si no, se hace imposible vender la burra. Hay que crear la falsa sensación de que todo va bien, calmar las aguas para no tener a la gente encima. Es por este motivo que cuando aparecen noticias como la marcha de Zara del centro tras 32 años, para sorpresa de muchos, en lugar de haber un toque de atención y que salten las alarmas se convierte para los de su círculo y prensa afín casi en una noticia agradable o positiva. Lo mismo con la inminente huelga de basuras, se comenta en su justa medida, se dice que aquí no pasa nada y a otra cosa, mariposa. No vaya a ser que le agüen la fiesta al Ejecutivo local, el mismo que vive entre narcóticas ilusiones como la supuesta capacidad del municipio para coronarse como capitalidad de la cultura a nivel europeo dentro de 11 años. Otro sencillo ejercicio de trilerismo político que no es más que parte de una fútil campaña publicitaria y comunicativa. Porque los problemas terminarán por aflorar, tarde o temprano, y cuando los jerezanos los empiecen a sufrir en sus propias carnes y los perciban en su entorno, será más que difícil ocultarles la realidad con proclamas propagandistas y otros juegos de distracción. Una cosa es procurar no generar "mala publicidad" y otra muy distinta es inventar un mundo fantasioso donde todo funciona a las mil maravillas.

"La culpa es de Amancio Ortega, que sólo piensa en el negocio". Claro, ¿en qué va a pensar? Es una empresa. Igual que si los comerciantes de Jerez no ganan dinero, cierran. Piensan en el negocio, que por otra parte también es lo que hacen los que llaman bulo a hechos contrastados. El motivo es llenar la nevera. Sin embargo, nadie puede negar que el hecho de que Zara se vaya de la calle principal de Jerez deja a las claras un evidente declive del centro de la ciudad. Si toda una gran compañía como Zara no hace negocio en la calle principal de un pueblo, es que ese pueblo no tiene suficiente actividad, que está muerto. Hablamos de Zara, que además es un atractivo, un reclamo para ir al centro y, de camino, ver otras tiendas, ir a un bar, etc. No sólo en Jerez, sino en el resto de ciudades de España y el mundo, pues la apertura de nuevos locales de esta marca del conglomerado de Inditex es acogida y celebrada con los brazos abiertos porque es sinónimo de riqueza y prosperidad para cualquier zona. Lo mismo que ocurre con otras grandes multinacionales como Mc'Donalds, todo un gigante experto en generar empleo y ganancias alrededor del globo terráqueo que, dicho sea de paso, también fracasó en la misma calle Larga que hoy está de actualidad.

El invierno será muy duro. Mientras tanto, en el Ayuntamiento de Jerez se plantean subidas de sueldo de hasta 4.500 euros más para una sola empleada. No al año, sino al mes, para que así pueda acercarse a los 130.000 euros de salario en cada ejercicio. Seguramente a usted le digan que es un bulo, que no pierda la sonrisa y que "tampoco estamos tan mal". Seguramente le estén vendiendo la burra.