Una nueva
sesión de la Tertulia Taurina Jerezana comenta cómo es ir a ver a José Tomás
Se ha celebrado una sesión más de la Tertulia
Taurina Jerezana en el bar La Garrucha, en la avenida Caballero Bonald, y en
esta ocasión sus componentes han decidido conocer las sensaciones de un viaje a
México realizado para ver actuar a José Tomás.
Se reúnen alrededor de la mesa
los habituales, entre ellos Jerónimo Roldán, Rafael Valenzuela, Pepe Belmonte,
Juan Luis Vera o Marciano Breña Galán; se cuenta también con dos invitados
especiales, Juanjo Castillo y Martín Toro, con la presentación de los cuales
empezamos la charla.
Juanjo Castillo nació en Madrid y se aficionó a
ver los toros con su abuelo. Veraneaba con sus padres en El Puerto y ellos
alguna vez lo llevaron a ver toros en la plaza. Estudió Periodismo y luego hizo
un postgrado de Periodismo Taurino. Ahora trabaja en Radio Puerto, donde aparte
de llevar un programa semanal se encarga de las transmisiones radiofónicas de
las corridas desde la Plaza Real. Su programa pretende llevar la tauromaquia a
los que no son aficionados, para lo cual se rodea de un equipo de aficionados
que van rotando aunque cuenta con un colaborador fijo, José Miguel Tur, que
ahora está haciendo una tesis doctoral sobre los toros. Cree que algunos de sus
sueños se están cumpliendo.
Martín Toro, venido expresamente de Sevilla,
también nos ofrece su tarjeta de visita oral.
Nació el año 1966 en Jerez, en
casa de un picador, y vivió el mundo de los toros desde un punto de vista
distinto al de otros niños. Su abuelo, mayoral, y sus tíos también fueron
picadores, lo que hizo que él también fuera picador, aunque luego lo dejó para
dedicarse a la administración de fincas agrícolas, en las que sigue.
El tema de la tertulia, decimos, es saber en qué
consiste un viaje a Méjico para ver torear a José Tomás, aprovechando que tanto
Jerónimo como Juanjo ha ido al Embudo de Insurgentes y han contemplado el
regreso a los ruedos del de Galapagar. No se trata de hacer la ficha técnica de
la corrida; todos sabemos que José Tomás cortó una oreja y Joselito Adame, dos.
Queremos saber cómo es la experiencia del viaje, cuáles son las sensaciones y
sentimientos que se desarrollan a lo largo de la experiencia, y saber si
podíamos sacar conclusiones. El modo de exposición sigue el desarrollo de una
serie de cuestiones que se van resolviendo por cada uno de los viajeros,
contrastando las diferencias de visión.
Jerónimo Roldán acudió por medio de invitación de
un amigo jerezano, que le garantizó la entrada, aunque él tuvo que agenciarse
el transporte y el alojamiento, lo que resolvió por medio de una agencia de
viajes. Una de las primeras sorpresas fue lo grande del avión que le llevó por
encima del Atlántico; en él coincidió con Rivera Ordóñez, El Tato y El Litri,
que también querían ver a Tomás. Su estancia allí fue breve pero intensa,
incluyendo diversos actos sociales.
Juanjo Castillo había vivido en Méjico hace doce años
y conoce allí gente, que le resolvió en parte el problema del alojamiento.
Decidió ir de común acuerdo con su mujer y recurrieron a internet para
localizar entradas y billetes, más hotel; en el avión coincidió con el reciente
matador Gonzalo Caballero. Su estancia fue de dos semanas, lo que les permitió
conocer diversos aspectos de la ciudad, que ahora ya no se llama Méjico DF sino
Ciudad de Méjico, y asistir luego a otras plazas con festejos taurinos.
A lo largo de la tertulia cada uno de ellos va desgranando
sus impresiones. Se finaliza con una reflexión sobre el resultado de la corrida
y principalmente sobre las consecuencias de la actuación de José Tomás en
Méjico; parece que todos están de acuerdo en que el hecho de que el diestro se
haya quedado con un sabor agridulce o un tanto amargo es lo que puede haber
determinado que vaya a tener varias actuaciones en Europa, empezando por la
corrida ya anunciada de Jerez de la Frontera.