He leído bastante a
Juan Eslava Galán, pero más rápido escribe el autor jiennense. Cuando vienes a acabarte uno de sus libros, ya está estrenando otro nuevo. Ya sea ensayo o, como en el caso que nos ocupa, una novela histórica ambientada entre la España y la Alemania del año 40. Los nazis mandan,
Himmler visita tierras españolas y llega
El amor en el jardín de las fieras (
Espasa), un libro que aporta una mirada diferente a nuestro lienzo de libros relacionados con el
Holocausto alemán.
A pesar de que la selección de títulos supera ya la veintena, en ninguno de ellos se ha abordado en profundidad el tema de la raza aria y de los procesos que se llevaban a cabo para perpetuarla desde el punto de vista genealógico. Herminio Cáiser, un joven obrero de La Carolina es reclutado en España por Meike von Appen, una miembro de la organización Ahnenerbe, sociedad creada para la investigación de la herencia ancestral alemana.
Con el fin de demostrar que Cáiser es un ario perfecto, le hacen una gran cantidad de pruebas en Berlín y se deja utilizar como semental con el fin de que a su padre no lo torturen en exceso en la cárcel en la que se encuentra preso en España por su condición de republicano.
Desde el primer momento predomina el estilo que caracteriza a
Eslava Galán, con esa cuidada ambientación histórica, a la que suma una notable adaptación geográfica y unas dosis adecuadas de su particular sentido del humor. El autor consigue una vez más que el lector se asome a una ventana muy próxima a la historia por la que ve, y prácticamente siente, los acontecimientos que están sucediendo.
A Herminio Cáiser lo intentan convertir en el ario perfecto mediante un programa intenso de germanización, pero todo dará un giro radical cuando el protagonista se enamora de una obrera judía. El autor va marcando de forma correcta los tiempos de una narración repleta de detalles que ponen de manifiesto el gran conocimiento de
Eslava Galán sobre el período novelado. Y, aunque ficción, el relato no se aleja en ningún momento del rigor histórico para mostrarnos fielmente el horror y la crueldad nazi.