La fábrica de pobres

Seguimos con el culebrón venezolano de Mamen Sánchez en Jerez. Como si no fuera con ella y su equipo de Gobierno, la ciudad se hunde en la pobreza y el desempleo, con negocios que no paran de cerrar, suman y suman los parados y las personas que no tienen ni para comer. Muchos permanecen aún sin cobrar el tan esperado Ingreso Mínimo Vital (IMV) o simplemente otros siguen o han vuelto a los ERTE, pero parece que la cosa no va con este Gobierno y sus socios.

Lo que te encuentras en los medios locales son los berrinches del PSOE de Jerez, que aprueba los presupuestos burlándose sin escrúpulos de los nueve concejales del PP y sin hacer énfasis en lo bueno o malo del presupuesto, simplemente centrándose en Antonio Saldaña como fruto de la discordia. Mientras, el Consistorio lleva la traumática carga de una funcionaria que gana 135.000 euros al año, cosa que aún no logran justificar objetivamente. Resulta increíble que esto suceda en un Gobierno socialista apoyado por partidos de izquierda, quienes defienden la igualdad social y la dignidad de los pobres.

Como mi capacidad de asombro ya es mínima con los políticos que se hacen llamar de izquierda, veo la propuesta de Podemos en Jerez de cambiar el nombre a una de las principales avenidas de la ciudad, sólo porque lleva el nombre del rey emérito, sin establecer prioridades reales en una ciudad con más de 30.000 parados y cientos de empresas al borde de la ruina.

Me gustaría saber si hay respuesta para los comercios del centro. Las calles este fin de semana eran una estampa de una película del lejano Oeste. La soledad y la tristeza inunda el punto más importante de nuestra ciudad sin un futuro próximo que genere algo de tranquilidad y de ganas de invertir. Ocurre en general en todo el municipio, pero se percibe principalmente en el centro, donde hay obras sin terminar y faltan planes coherentes para una zona comercial que ya se queda sin una de las tiendas que por naturaleza acerca una gran cantidad de clientes, Zara; pues les guste más o menos, las tiendas del grupo Inditex, una empresa española que emplea miles de personas en el país, son un punto clave en el comercio textil en general.

Así seguimos en Jerez, esperando acciones que generen bienestar a la economía. Y no pongamos de excusa al COVID-19, pues hace años que la ciudad no ve la luz al final del túnel. Lamentablemente se ha convertido en una gran fábrica de pobres, de personas que, aunque quieran, no consiguen un empleo y se convierten en los esclavos del desempleo y el subsidio que son la gran carnaza del socialismo para sumar votantes.