Kate Morton al más puro estilo
Kate Morton.
El último adiós (
Suma de Letras) es el fiel reflejo de la escritura de esta autora australiana que convierte en
bestseller todo lo que firma. Una novela que mantiene un patrón similar a las anteriores. Elementos muy parecidos para construir una historia de éxito. Y mientras que funcione, ¿para qué cambiar?
Aunque también todo tiene su lado negativo, ya que sus novelas empiezan a colocarse en una misma balanza para establecer una clasificación. Y las comparaciones no son nunca buenas compañeras.
En su última novela, la trama principal camina en busca de resolver una desaparición en los años 30, pero como suele ser habitual en las novelas de
Morton, también el presente tiene encerrado un misterio. Y esos giros tan característicos son los que maneja a la perfección en sus historias para aumentar el interés del lector. El presente vuelve al pasado para desenterrar los secretos.
Al principio, la novela da la sensación de lentitud. De ir muy poco a poco. La primera parte es más pausada, pero según va avanzando, el relato va teniendo mayor agilidad narrativa. Y va ganando en cuanto a interés y entretenimiento.
Las mujeres, como en sus anteriores novelas, vuelven a tener un peso importante como protagonistas principales. Y un misterior familiar como foco de atención. En 1933, en la noche que se va a celebrar la fiesta del solsticio de verano, el bebé de Anthony y Eleanor Edevane desaparece. ¿Qué pasó aquella noche? La detective Sadie Sparrow retomará aquella desaparición 70 años después y, para ello, contará con la ayuda de Alice Edevane, que soñaba con ser escritora y contaba con 16 años aquella noche maldita.
En el desenlace tal vez haya una pieza que encaja algo forzada, pero esto no le resta a la composición general. La prosa sencila de la autora se hace un hueco fácil en el lector y con la vuelta al pasado se respira el ároma de décadas anteriores. Una historia bien construida, con personajes que dan mucho juego y narraciones muy descriptivas. La casa del lago se convierte en un personaje más y no falta el suspenso, los secretos y esa tragedia familiar que marca la historia de
El último adiós.