Mamen Sánchez, alcaldesa de regional preferente

Juan Meira, un hombre sin inquietudes trepadoras en la sociedad jerezana; un tipo con unas arraigadas convicciones religiosas; un chaval con unos valores profundos y, tal vez, con un corazón tan grande que paga alquiler en los pulmones por el sitio que les quita en el pecho.

Juan Meira, por los motivos que sean, se montó en su bici plegable el pasado 22 de agosto camino de Roma. Llegó y triunfó, pero no se conformó con aquello. Al llegar en avión a Málaga decidió que había que llegar a Jerez como salió, montado en bici.

Y llegó junto a un puñado de ciclistas, recibiendo el cariño de la gente de Jerez, que salía de las tiendas para aplaudirle mientras le escoltaban los compañeros de la Policia Local hasta su punto de inicio, la calle Tornería.

Juan no solo recaudó dinero para la enfermedad a la que le da visibilidad, Juan ha realizado algo que ningún otro jerezano ha realizado en los cientos de años de historia de esta ciudad. Por ello,  Juan no solo se ha ganado el cariño de cuantos han seguido su aventura, Juan se ha ganado la inmortalidad, entre otras cosas, gracias a los medios de la comunicación de la ciudad que han esta muy a la altura del acontecicimiento. Y ahí quedará recogido para la eternidad.

Y usted, sin coscarse. Usted, el día que salió de Tornería estaba comiéndose una tostada en un restaurante junto al Ayuntamiento. Totalmente confirmado. Usted, que es 'la primera' jerezana de la ciudad por el cargo que ostenta, no tuvo la vergüenza de ir a despedir en nombre de la ciudad a un chaval que iba hacer historia, aunque pasó por allí y vio la que había formada minutos antes.

Tuvo a su llegada la oportunidad de solventar la cagada, recibiéndolo como Dios manda, pero tampoco. Usted pasó de este acontecimiento histórico como de la mierda. 

Señora alcaldesa, no sé si es por incompetencia, por desgana o por flojera, o tal vez por las tres juntas, pero no me creo yo que a algunos de sus asesores bien remunerados o a sus periodistas, que rastrean todos los medios en busca de artículos contra usted, se les fuera este asunto.

Si usted falla en algo tan sencillo, no quiero ni imaginarme en lo que falla a mayor calibre.

Un regidor de un pueblo o ciudad -Jerez es una mezcla- se caracteriza, para bien o para mal, por detalles como estos.

Jerez no merece la alcaldesa que tiene. Y no lo digo por ideología política, lo digo porque Pedro Pacheco o Pilar Sánchez habrían estado,  y Maria José García-Pelayo estuvo.

Usted no mandó ni al que pinta los bancos, ni a la que ha recolocado al marido en una agencia de seguros, ni al que juega a las cartas, ni a la de litros de laca en la cabeza, ni a la que está loca por joder al Xerez Deportivo FC o ni tan siquiera al del pelo blanco que amenaza a periodistas. ¡Mire que tiene usted a gente! Pues no mandó a ninguno.

Al final tendremos que entenderla. Y es que a alguien que se ha llevado aplaudiendo a Zapatero por un puñado de monedas de plata en el Congreso durante años, no se le puede pedir más.

Usted da para lo que da y poco más, consiguiendo por mi parte la catalogación de 'Criaturita'.