Mensajero del futuro

24/05/21 +Jerez Opinión: Ángel G. Morón

«No existe el pasado, no existe el futuro, solo existe el presente». Seguro que en alguna ocasión le ha venido a la mente esta frase referida por algún iluminado de la trascendencia espiritual. Algo de razón hay, no obstante, en esta reflexión. Es cierto que agua pasada no mueve molinos, pero la experiencia vivida supone, o debe suponer al menos, un aprendizaje para todo ser humano. La historia de la humanidad, curiosamente, se empeña en demostrarnos que el hombre es un animal de costumbres y que suele reincidir en sus errores, así que lo de aprender de los bofetones queda un poco en solfa. Y, ¿qué esperar del futuro? Pues no hay que esperar nada. Cuando se llegue a ese río, ya lo cruzaremos. Hay quien vive añorando permanentemente un pasado que nunca volverá y anhelando un futuro que, casi con toda seguridad, no será como se imagina.

El momento presente es al que debemos nuestra atención. Prever un posible futuro, más o menos inmediato, no es mala cosa. Ser precavido es una virtud, así que anticiparse sin angustiarse puede ser recomendable. Pero hacer ejercicios de clarividencia cual Nostradamus a 30 años vista se antoja un brindis al sol. «Menos preocuparse y más ocuparse». Desconozco la autoría de la frase, pero se la oí hace ya años a un empresario que llevaba toda la vida trabajando y que pasó de ser un humilde tendero a dirigir una empresa con más de diez mil empleados. Nuestro querido presidente haría bien en aplicarla empeñado, como está, en adivinar el futuro sin reparar en el presente. Dibujar cómo será el "mañana", como será esta España nuestra dentro de tres décadas es una maniobra de distracción, un malabarismo intelectualoide avalado por determinados "expertos" que ejercen de adivinos preclaros adelantando tendencias de consumo y comportamiento humanos.

Señor Sánchez, déjese de actuar como mensajero del futuro y dedíquese a lo urgente: a gestionar, de manera eficaz, el gobierno de lo común. La viabilidad futura del país tiene mucho que ver con lo que se decide en el presente, y hay muchas cuestiones urgentes para la sociedad. Es urgente un pacto nacional por la educación serio y duradero, porque la educación se ha deteriorado hasta extremos inconcebibles y el futuro de un país, sin duda, pasa por la formación de las nuevas generaciones. La meritocracia se ha desterrado y en su lugar tenemos «oposiciones light», como dice el inspirado Miguel Iceta, el bailarín (antaño candidato socialista en Cataluña y ahora ministro de no sé muy bien qué). Hace falta un replanteamiento del sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad, sin demagogia, sin aspavientos, con claridad matemática. Hace falta repensar el modelo de Estado que ahora ni es modelo ni es nada, porque España se ha convertido en 17 terruños independientes y reivindicativos en su autonomía. La que antes era «una, grande y libre» ahora es una nación irrelevante a la que chantajea —utilizando a su población de manera miserable, vil y rastrera— un país como Marruecos. Hace falta revertir la idea de un Estado cada vez más grande, más intrusivo en la vida del ciudadano, más confiscatorio, más insaciable… Hoy, 16 millones de trabajadores del sector privado mantienen a otros 16 millones de personas ancladas en lo público, ya sea como funcionarios, pensionistas o perceptores de algún tipo de subsidio o prestación.

Es decepcionante que un joven hoy piense más en ganarse un trabajo para toda la vida con una oposición pública que en ser un emprendedor valiente y animoso con el arrojo por bandera; pero claro, si el mensaje que recibe es el de que ser autónomo es poco más que ser un paria en España, pocas ganas va a tener nadie de comenzar una actividad económica propia y privada. El joven lo piensa fríamente y se dice a sí mismo: «¿para qué me voy a complicar la existencia? ¡¡Papá Estado, todo protector y omnipotente velará por mí y mi progenie!! ¡Oh, sí, viva el Estado, porque el Estado soy yo, también!». Pues sí, todos formamos parte del Estado y contribuimos, mal que nos pese, al sostenimiento de un sistema plagado de defectos. Pero me gustaría no perder la esperanza de que un futuro mejor es posible. Para llegar a ese futuro, antes hay que resolver el presente y marcar una senda razonable y acertada. Con el piloto actual, nos salimos en cada curva así que, como aguante mucho a los mandos, nuestra nave llegará al futuro con más hostias que un boxeador. 

Advertisement

Xerezmania Producciones S.L. ha sido beneficiaria del Fondo Europeo de Desarrollo Regional cuyo Objetivo es mejorar el uso y la calidad de las tecnologías de la información y de las comunicaciones y el acceso a las mismas y gracias al que ha implementado: Desarrollo de app móvil para la mejora de competitividad y productividad de la empresa. Esta acción ha tenido lugar durante 2018. Para ello ha contado con el apoyo del programa TICCámaras de la Cámara de Comercio de Jerez