‘Mentira sobre mentira. Y sobre mentira una...’

Así, adaptando la letra del popular villancico y cantándolo hasta la extenuación, es como podemos definir el panorama político que tenemos en nuestro país. Sí, efectivamente, mentiras siempre hubo a lo largo de la historia, las hay en el presente y seguramente las habrá en el futuro, y evidentemente la política no iba a estar exenta de ella, sobre todo porque parte de la historia la escribe la política con sus decisiones  y porque parece que es de ahí, de la mentira, de donde se alimenta para poder gestionar sus actos del futuro mientras sigue mintiendo para salvaguardar la compostura en los momentos  de apuros políticamente hablando.

Todos en alguna que otra ocasión hemos mentido, aunque sea a baja escala. A lo largo de nuestra vida hemos realizado o estamos por realizar, una de esas pequeñas mentiras piadosas, pero siendo consciente de ello y a sabiendas de que el perjuicio a crear es menor que el beneficio aun descubriéndose la mentira. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Lo malo no es eso, lo malo de mentir o de que te mientan es que se haga de forma reiticente y continuada, hasta tal punto, que la mentira se convierta en verdad para quien la ejecute, por consiguiente siempre estás con la duda de saber si te están diciendo la verdad o es una más de tantas, y el sentimiento del engaño es uno de los que peor tolera el ser humano. Pues con eso parece que juegan muchos políticos,  que cuando no te mienten no te dicen la verdad, o no te dicen completamente la verdad, o te cuentan una verdad a medias, o para salir de esa situación te cuentan otra mentira de manera que esa parezca ser la verdad. Sinceramente no sé que es peor, pero lo peor es que la oposición juega con la misma estrategia, y el tercero en juego pues igual, siendo el remate de los remates cuando entre mentira y mentira te cuelan una verdad, maquillada con aquello que quieres oír. Y aquí, entre tanta mentira, falsas verdades, verdades a medias e incluso alguna que otra verdad, te encuentras tú, un ciudadano que oye y ve actuaciones por parte de políticos que bien merecerían varios goyas y algún que otro óscar a la mejor interpretación, pues mientras tú intentas vivir lo mejor posible procurando que ni a ti ni a los tuyos les falte de nada, los políticos salen delante de una cámara con sus sonrisas y sus "bla, bla bla" intentando convencerte de lo que a ellos más les conviene, pero seguramente ignorantes de tu hartura y malestar por ellos, que no se preocupan de otra cosa que de tirarse los trastos en el Congreso para garantizarse un sillón, en vez de gestionar nuestras administraciones para garantizarnos un futuro mejor. A mi entender eso deben ser los políticos, gestores y no despilfarradores, bajo el color y las siglas que sean, su prioridad debe ser el pueblo sin más, porque si el pueblo está feliz y contento, no te preocupes amigo político, que te dará su voto sin pensarlo.

En fin, espero que todo vuelva a una nueva normalidad, porque hoy por hoy, no sabes ni a quién creer ni cuando, sea del partido que sea, aunque todo esto se arreglaría si imperara la verdad, claro está. Yo digo siempre la verdad. Es de sobra sabido que una conciencia tranquila es una carta segura, y la verdad me ayuda a tener una conciencia muy tranquila y a dormir plácidamente por las noches. También es de saber popular  que a un mentiroso se le pilla muy rápido. No sé tú qué opinas, pero a mí me gusta estar en todos los sitios donde soy bien recibido, porque con la buena educación y la verdad por delante se va a todos lados.