PSA trabaja para recuperar terreno en China

El 2014 fue un punto de inflexión para el grupo francés PSA, fabricantes de vehículos con marcas muy conocidas, como Peugeot, Citroen u Opel. En ese año se vendieron en China la mayor parte de los coches fabricados. Sin embargo, desde entonces hasta ahora se ha ido experimentando un descenso notable. El grupo se ha propuesto volver a recuperar terreno, mientras mantiene las buenas cifras que hay en otros territorios.
 
El mercado asiático difiere del resto
 
Resulta bastante curioso el hecho de que PSA ha logrado unos resultados excelentes en Europa, África y Oriente Medio, mientras que en China la tendencia se invierte. Cifras que contrastan con ejemplos como España, donde el grupo es líder indiscutible, fabricando un de cada tres coches que se venden. El trabajo que se lleva a cabo desde que se fabrica cada unidad hasta la venta final se nota en los resultados que se obtienen en las principales ciudades del país. Entre otros, destacan los concesionarios Peugeot en Barcelona. Un trabajo que se pretende potenciar de cara a reconquistar al gigante asiático, así como el resto de esta zona del mundo.
 
Un objetivo más que ambicioso
 
En principio la meta que se ha marcado PSA para China parece bastante complicada de alcanzar. Para el 2018 se esperaba llegar al 5 por ciento de cuota de mercado en este país. Sin embargo, en la actualidad las cifras indican sólo un dos, menos de la mitad del objetivo fijado. A todas luces se plantea una batalla bastante difícil, por no decir imposible al menos de momento.
Sin embargo, el gigante automovilístico no se da por vencido. Y no es para menos, teniendo en cuenta que China es actualmente el mayor mercado mundial en adquisición de coches. Las marcas están echando el resto para ocupar su lugar y PSA no quiere quedarse atrás.
 
El público chino prefiere los SUV
 
Uno de los principales motivos que han llevado a esta regresión en las cifras es que PSA no ha sabido adaptarse a las exigencias de los usuarios en China. En parte debido a que los modelos que se comercializaban en el territorio tenían un desfase respecto al mercado occidental, como lo demuestra el hecho de que modelos amortizados en Europa se han estado fabricando durante muchos años más allí, o que algunos hayan tardado hasta 10 años en llegar al país. También afecta el hecho de que la plataforma para fabricarlos no sea la que el fabricante utilice en otros mercados.
Por si esto fuera poco los SUV han causado un gran impacto en China. Los fabricantes nacionales han sido los primeros en apuntarse a esta tendencia, ofreciendo modelos que, si bien en calidad no tienen competencia respecto a PSA sí que lo hacen en precio. Es en este segmento en el que PSA está apostando fuerte, ofreciendo modelos con grandes prestaciones para que no se fijen solo en el precio. Se calcula que así se podrá ganar una parte del terreno, pudiendo alcanzar el medio millón de unidades vendidas en conjunto. Teniendo en cuenta que el año pasado no se alcanzaron los 400 mil.

China fue clave para el grupo

Poco tiempo después del estallido de la crisis mundial, PSA se encontró en graves apuros. Tanto que tuvieron que llegar inyecciones de capital para evitar la bancarrota. Una de las manos vino de China, donde se adquirió un paquete de acciones en la ampliación de capital de 2012. En 2014 se vendieron más de 700 mil vehículos en este país, lo que lo convirtió en el primer mercado para el grupo francés. Ahora, una vez pasados estos problemas, se quiere volver a tener un lugar de importancia dentro de un mercado que ha dejado de ser emergente, pero que es fundamental para los fabricantes.