Lejos queda ya aquel 4 de diciembre de 1977 para los andaluces. Por entonces comenzó a fraguarse la plena autonomía de Andalucía y hay quien incluso lo celebra de forma extraoficial como el Día Nacional de Andalucía.
Más de un millón y medio de ciudadanos se lanzaron por entonces a las calles de las ciudades y capitales de provincia andaluzas para exigir el autogobierno: para pedir derechos e identidad. Estas protestas solo serían el germen que desembocaría en el referéndum del 28 de febrero de 1980 y el posterior Estatuto de Autonomía de 1981.
Por entonces, la muerte del joven Manuel José García Caparrós a manos de la policía se convertía en una tragedia.
Nada tiene que ver este hecho con el nacionalismo burgués catalán. Por entonces, los Andaluces reclamaban su propia autonomía para abandonar la pobreza que estaba provocando que miles de emigrantes tuvieran que cruzar sus fronteras. Aquel día es recordado como el primero en el que la bandera de Andalucía a la calle.
40 años después, y aunque el 28 de febrero es el Día oficial de la Comunidad Autónoma, muchos recuerdan aquel hito. Sobre todo porque, aunque son incomparables ambas situaciones, Andalucía no vive su mejor momento con el PSOE y Susana Díaz al frente.
Casos como los de Spiriman recuerdan que la sociedad andaluza debe levantarse igual que aquel 4 de diciembre.