Talavante, magia borrás

Una vez más en México Talavante sacó de la chistera la torería de un torero que tiene personalidad a raudales. Compartió puerta grande con Pablo Hermoso de Mendoza y las crónicas hablan de un festejo en el que a pesar del escaso trapío de los toros el extremeño volvió a enamorar con su toreo. También parece ser que el “juez de plaza” es benevolente a mas no poder y que los trofeos caen de forma torrencial, hasta el punto de que Talavante no quiso pasear el rabo concedido y protestado. No tiene desperdicio la crónica de Gastón Ramírez que describe la faena de Talavante con esa forma tan peculiar de utilizar el castellano de los mexicanos.

“El torillo de Campo Hermoso no tenía ni gas ni ganas de colaborar, pero Alejandro se pegó uno de los arrimones más artísticos que se han visto en muchas temporadas. Hubo pedresinas, cambiados, arrucinas, cambios de mano por delante y por detrás, sobrenaturales con el sello de la casa y joselillinas cambiadas: todo un compendio de torería y entrega. Con este muchacho todo se ve fácil y demuestra siempre sus ganas de agradar; jamás aburre y cada vez torea con mayor inteligencia. Lo del rabo fue una exageración, pero la faena sabrosísima ahí queda, para que aprendan los “figurones”, que a ese morito no le hubieran sacado ni un mal ayudado por alto”.

Lo dicho “jamás aburre”, genial.

Mexico. DF. 17 Febrero. Con una entrada calculada en 30.000 personas, se lidiaron en su orden toros de Los Encinos para rejones, primero y quinto, Marrón, Campo Hermoso, La Soledad, San Diego de los Padres, Barralva y Xajay.

Hermoso de Mendoza,: Dos orejas y silencio
Fermín Spinola,  Ovación con saludos y oreja;
Alejandro Talavante, : Dos orejas y rabo y silencio
Victor Mora, : Silencio y silencio tras aviso