TVE relaciona directamente al Vino de Jerez con el consumo de drogas y desata la indignación en el sector enológico

Peligrosas adicciones. Personas que viven enganchadas a drogas tan dañinas como el tabaco, o perseguidas como el cannabis... Y peor aún, al Vino de Jerez. Eso se deduce de un extracto de los Informativos de Televisión Española (TVE) de ayer, 14 de diciembre, donde versaron sobre la última encuesta de adicciones publicada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España (EDADES 2019/2020) centrando el discurso en vinos como el de Jerez, que aparece de manera destacada en pantalla. Ello ha provocado el enfado de buena parte del sector por el desprestigio a la imagen que genera a la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry y a otros sellos protegidos.

La voz en 'off' de la breve pieza informativa asegura, nada más comenzar, que el reciente estudio arroja un preocupante dato: "La droga legal que más se consume en España es el alcohol y, concretamente, el vino" según se desprende de la investigación, que analiza estadísticas desde febrero de 2019 hasta marzo del presente ejercicio –de forma previa a la pandemia del COVID-19– y tomando como referencia cuestionarios de una muestra inferior a 18.000 personas. Mientras tanto el reportaje muestra al espectador botellas y botas de finos y olorosos, una copa en la que se aprecia el logo de 'Lacave' de Bodegas Williams & Humbert y a un señor sirviéndose un trago corto del también jerezano 'Palo Cortado Regente', de la compañía Sánchez Romate, otra casa del Marco. Poco después se concatenan imágenes de jóvenes consumiendo copas largas de bebidas de alta graduación en botellones y terrazas, unidas a sencillas infografías que indagan superficialmente en el asunto de las borracheras para culminar con el tabaco y el cannabis, pese a que el informe aborda el uso de los opioides sin receta, la cocaína y otras drogas ilegales que ni siquiera se mencionan. Entre distintas voces del ámbito vinatero de Jerez y su entorno, esto no ha sentado nada bien.

Francisco Robles, productor de vinos ecológicos en la igualmente tradicional área productora de Montilla-Moriles, ha manifestado en sus redes sociales que "cuando la información se tergiversa y hace daño, a propósito, a un sector económico y social como es el cultivo de la vid y además en una televisión pública como TVE, lo menos que debemos hacer es denunciarlo". Le parece inadmisible que equiparen al vino con una droga, que viene a ser un preparado artificial medicamentoso y psicoactivo. En la misma línea opina Reyes Gómez Rubio, ingeniera química especializada en enología y directora técnica en las bodegas de Sánchez Romate. Cree, del mismo modo, que hay motivos para molestarse: "El vino es un alimento según la legislación española y ya no es que en el reportaje se perjudique a una marca concreta, sino que se está dañando la imagen de todo un sector".

Si alguien dominaba en profundidad el universo de las sustencias estupefacientes, seguramente ese fue Alexander Fleming. Él pudo comprobar in situ que las bacterias actúan de manera natural en el velo de flor de las botas. Ernest Hemingway, a su manera, también fue minucioso incluyendo al Tío Pepe en un pasaje de El paraíso del Edén, además de perpetuar que "el vino es una de las cosas más civilizadas del mundo". Louis Pasteur pensaba que es "la más sana e higiénica de las bebidas" y que "hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino que en todos los libros". Como ellos, centenares de intelectuales, ¿todos equivocados? Anécdotas y metáforas aparte, la Ley 24/2003, de 10 de julio, es clara en este sentido y define qué es el vino: "El alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva". Sin embargo, el Plan Nacional sobre Drogas actualmente en vigor en el país sí que incluye la normativa referente al vino como una más de las correspondientes a la droga, lo que da ciertas alas al debate, aún soslayado, de si es conveniente abordar alguna modificación en este sentido que le dote de mayor amparo.

El chef Isidro López, que está ultimando la próxima reapertura de su restaurante 'Tiemar' en un nuevo local de la calle Rosario, conoce este producto de manera privilegiada. Entiende que el vino es "básico en nuestras cocinas y platos, y más en esta zona, donde es tan peculiar". Las setas con huevos, camarones y jamón son una de sus muchas especialidades y, como no podía ser de otro modo, van salteadas con amontillado. "Tengo también una salsa de miso y fino a la que el detalle de la uva palomino le viene a la perfección ya que su toque ácido te transporta a los sabores orientales".

Porque el vino siempre sirve de ingrediente y cobra especial protagonismo: "Pestiños, rosquitos, torrijas... ¿Cuántos postres se elaboran con vinos? O el caso de la carrillera con alioli de rúcula, que la hacemos con oloroso y es otro plato estrella. De hecho, los guisos de toda la vida, como pasa con la carrillada, son inconcebibles sin el oloroso", indica el cocinero. Y aquel que verdaderamente disfruta de la comida, valora el acompañamiento, por lo que al maridar "sabe apreciarlo y entiende que el vino debe tomarse sin abusar, con gusto... Además, es una herramienta útil para potenciar sabores, que es lo que pasa con carnes como la del retinto". Probablemente, la clave definitiva la diese en su día Salvador Dalí: "Un gran vino requiere un loco para hacerlo crecer, un hombre sabio para velar por él, un poeta lúcido para elaborarlo y un amante que lo entienda".

La asociación del vino con las drogas tampoco la comparten desde el Consejo Regulador del Vino de Jerez. El propio presidente, César Saldaña, ha mostrado su rechazo a esta idea. Aunque prefiere no ahondar en sus declaraciones, aclara que siempre hay que apelar al público a un consumo "de manera responsable". La propia Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino ha sido más frontal al exponer su contrariedad con el tratamiento informativo y corrige a los redactores de la cadena estatal. Contundentes, afirman en un comunicado que "el vino no es una droga, ni legal ni ilegal". Añaden que "es parte indisoluble de la Dieta Mediterránea y de nuestra cultura desde hace miles de años". La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), la Federación Española del Vino (FEV) y varias asociaciones agrarias de Castilla-La Mancha, se han unido a la repulsa con idénticos argumentos. Asimismo, coinciden en la importancia de resaltar no sólo el componente del acervo o la idiosincrasia, sino también el aspecto socioeconómico que va de la mano de esta industria que da de comer a tantísimas familias.

Y es que de forma directa son más de 6.500 millones de euros anuales los que genera a nivel nacional este gremio del vino, 2.700 de ellos de las ventas exteriores. Hay 561.000 viticultures y 428.000 empleos directos. Por si fuera poco, las actividades enoturísticas superan los tres millones de visitantes, más de 15 millones de personas en el caso de la gastronomía en general y que en buena medida está relacionada también con los caldos.

David Puerto es periodista enogastronómico asociado a la AEPEV y no se corta: "Lo veo fatal, ¿entonces la cerveza también es una droga? Esto hace un daño terrible a un sector tan importante para nuestra economía. Televisión Española tendría que rectificar, deberían haber pensado los profesionales dos veces lo que publican". Insiste en la concepción del vino para el disfrute moderado y refinado, lejos del abuso o las adicciones: "El Vino de Jerez no es para emborracharte, los críticos lo decimos siempre. Hay vinos para cada momento y para cada maridaje con distintos platos, los vinos son para entenderlos y disfrutarlos, no es droga en absoluto".

A nivel general, en nuestra ciudad parece que estamos de enhorabuena, puesto que la sabiduría popular concentra una máxima en un escueto dicho, independientemente de cualquier agravio: "El jerezano fino se lava con vino, lo lleva de camino y lo bebe con tino".