Un tercero en la relación: Las redes sociales y la vida de pareja

19/03/19 +Jerez Pedro Toril

Estudios han demostrado que existe un vínculo entre el uso de las redes sociales y trastornos de salud mental, tales como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima. Así que tal vez no sea sorprendente que los investigadores también hayan encontrado una conexión entre las redes sociales y las rupturas.

Si sientes preocupación por el impacto que las redes sociales pueden tener en tu relación y cómo se pueden interponer al producir la ansiedad de querer espiar a tu pareja, acá presentamos cuatro señales de alerta a la que debes estar atento:  

1. La adicción a las redes sociales

A nadie le gusta sentirse como el tercero en la relación, aun cuando la competencia sea el entrenador lindo en el gimnasio o un teléfono inteligente.

Si discutes con tu pareja acerca del tiempo que pasas viendo al teléfono, entonces existe la posibilidad de que seas adicto a las redes sociales, algo que puede abrir una brecha entre incluso la pareja más comprometida.

Anteriormente, un ménage à trois era tres personas que practicaban sexo consensual, pero en este mundo de alta tecnología, esa tercera persona está siendo reemplazada por un móvil.

La adicción a los móviles ha llegado a tal nivel que incluso tiene su propio nombre: nomophobia (no-mobile-phone-phobia).
Los signos de nomofobia incluyen:

• Ansiedad o estrés cuando el teléfono está casi sin batería.
• Estados de pánico cuando no se puede localizar el teléfono.
• Chequear el teléfono justo antes de irse a la cama o revisarlo antes de salir de la cama por la mañana.
• Revisar la pantalla mientras comen, o hacen otras cosas actividades de pareja.  

Es muy fácil obtener atención constante en las redes sociales y volverse adicto a la sensación gratificante que produce. Cada vez que alguien recibe un comentario o me gusta en las redes sociales, el cerebro libera dopamina. Por lo tanto, con cada notificación, la persona se siente bien instantáneamente.

La adicción a las redes sociales puede causar problemas en una relación, ya que puede empujar a tu pareja a buscar programas espiar celular para descubrir lo que ocurre, pero también puede ser perjudicial para la salud mental en general. Esta adicción conlleva a que las personas desarrollen una necesidad insaciable de atención, y que se sientan mal cuando no la reciben.

2. Compartir en exceso información sobre la relación

Cuando estás enamorado, es posible que sientas ganas de gritar desde los tejados o, si se trata de la versión del siglo XXI, sería el actualizar tu estado de Facebook cada vez que tu pareja haga algo romántico.

Aunque es normal querer que el mundo sepa que te preocupas por alguien, compartir muchos detalles sobre tu pareja y tu vida privada puede hacer que tu media naranja sienta incomodidad.

Antes de pulsar "enviar", debes preguntarte si tanto tú como tu pareja están 100% cómodos con esa información o la foto a publicar.
Además, es vital tener en cuenta que solo porque tengan cuentas de redes sociales privadas, la realidad es que lo publicado en internet es para siempre y cualquiera puede ver la actividad de una persona en Instagram, por mencionar un ejemplo.

Al final del día, recuerda que la privacidad es parte importante de la intimidad.

3. El coqueteo virtual puede llegar hasta el mundo real

Debido a que el "coqueteo digital" se realiza solamente en línea, a través de redes sociales o aplicaciones de citas, algunas personas no lo consideran un engaño, mientras que otros piensan que es un delito menos serio que el coqueteo que ocurre cara a cara.

Sin embargo, enviar mensajes con contenido sexual en línea puede ser devastador para una relación, por no hablar de tu vida profesional.

Aunado a esto, las encuestas demuestran que la mayoría de los hombres y una mayoría abrumadora de mujeres consideran al coqueteo en línea como una forma de engaño, y pueden obsesionarse con monitorear WhatsApp y demás servicios de su pareja.

Debido a que Internet ofrece el anonimato, coquetear con alguien en las redes sociales puede parecer inofensivo hasta que deja de serlo.

4. Jugar al detective de internet

Las redes sociales también pueden generar desconfianza en una relación. Existe la tentación para muchas personas de revisar el contenido de las redes sociales de su pareja, espiar conversaciones de Facebook o revisar los registros de llamadas, lo que a menudo deteriora la confianza en la relación.

Por ejemplo, si un compañero percibe que el otro es más popular en línea, es posible que estén más inclinados a interpretar las interacciones de las redes sociales como un flirteo. Algo tan inofensivo como recibir un me gusta en una foto de Instagram o retuitear una publicación podría generar sospechas que conduzcan a discusiones y, en última instancia, a la ruptura de la relación. También resulta atractivo el querer ver las conversaciones por WhatsApp que mantiene tu pareja, lo que puede debilitar la confianza.

Las redes sociales ciertamente pueden acabar con las relaciones porque muchas veces las fotos y otros contenidos publicados corren el peligro de ser malinterpretados y no olvides que existen varias aplicaciones que permiten espiar el teléfono sin despertar sospechas.

En el siglo XXI, la tecnología se ha apoderado por completo de las relaciones de pareja estables. Estos son tiempos posmodernos en los que la búsqueda de placer es algo que no puede faltar, mientras que mantener noviazgos por costumbre o miedo a la soledad termina siendo una conducta egoísta.

Antes de que instales una aplicación para saber dónde está alguien sin que lo sepa, debes tener presente que la fidelidad debe ser algo más que sentir amor, también significa respeto. El amor en ocasiones tiene fin y esto no necesariamente significa un fracaso. 

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