Una novela muy potente y atractiva. Sin darte cuenta, te metes en ella hasta que la acabas devorando. Y la disfrutas. Entretenida y bien contada, Marta Robles nos acompaña de la mano por una historia de lo más recomendable. Con unos personajes muy bien construidos y un perfecto hilo conductor entre las tramas que componen el relato, la autora mantiene la intriga hasta el final en una notable novela negra.
A menos de cinco centímetros (Espasa) es el título de un libro en el que no faltan ni el erotismo ni los asesinatos. Una historia de pasiones enfrentadas, de deseos y miedos, de ágil lectura y temas interesantes contados con mucha fuerza.
“El escritor se levantó y la llevó detrás de la puerta del reservado, justo al ángulo donde no podría verlos nadie que entrar en él, la apoyó contra la pared y la besó mientras recorría sus pechos. Luego se separó de ella y sin dejar de mirarla subió su mano por su entrepierna y le acarició el sexo unos segundos”.
Un triángulo compuesto por un detective obligado a reinventarse una y otra vez; una mujer de armas tomar; y un escritor de éxito. Ambientada a la perfección y alimentada por unos diálogos que aportan mucha agilidad al texto, el ritmo no decae en ningún momento. Los personajes secundarios van encajando de forma hábil en una trama bien documentada.
Y muchos se echarán las manos a la cabeza ante las escenas de sexo o el estilo directo empleado por la autora para tratar asuntos como la trata de blancas, pero en esa forma de contar las cosas sin serpentear está precisamente uno de los puntos fuertes de A menos de cinco centímetros.
“Durante el viaje las niñas eran maltratadas, violadas, encerradas en jaulas, infraalimentadas… Cuando llegaban ya sin voluntad a Buenos Aires, eran exhibidas desnudas, y subastadas como las esclavas de antaño en el café Parisien o en el hotel Palestina, propiedad de los delincuentes judíos responsables de la trama criminal”.