No era este el artículo que pensaba escribir hoy, pero como siempre, la
realidad supera a la ficción. Y en este caso se ha producido la peor de las
posibles pesadillas. No es fácil asimilar por la mañana temprano, cuando te
estás levantando, que te digan que en el país más poderoso del mundo ha ganado
un señor como Donald Trump. Lo primero es pensar que no es posible que tantos
millones de personas hayan depositado su confianza en un ser de este calibre.
Un señor que ha reconocido que no paga impuestos, que defrauda porque no es
tonto, un señor que ha demostrado su odio a las personas con una minusvalía,
que manifiesta un odio extremo, que no disimula, hacia el extranjero, que ha
propuesto construir un muro con México para que no se pueda atravesar, que ha
calificado de delincuentes a todos los extranjeros, que ha prometido prohibir
la religión islámica en el país, que se ha reído del cambio climático, y que es
un acosador sexual manifiesto y confeso.
Entre los millones de personas que lo han votado, tiene que haber muchos
desfavorecidos, pobres despreciados por él. Tiene que haber mucho extranjeros,
de los que él ha prometido expulsar del país. Tiene que haber una gran cantidad
de personas pertenecientes a minorías étnicas, y por supuesto, tiene que haber
millones de mujeres, a las cuales este individuo desprecia, viéndolas tan sólo
como un animal sexual objeto de caza.
¿Qué puede haber llevado a millones de personas, en teoría seres
inteligentes a votar a un individuo que podemos catalogar, sin temor a
exageraciones, como el más fiel exponente de fascista? Aunque también podemos
responder que fueron las urnas las que llevaron a Hitler al poder. ¿Pero las
lecciones de la historia no sirven de nada? ¿Es que los norteamericanos no
conocen las consecuencias que puede haber para el mundo con una mente
desequilibrada como la de este hombre?
Habíamos asistido con preocupación al crecimiento de la extrema derecha
en Europa. Habíamos creído que el caso de España era una excepción al votar a
un partido involucrado en todos los casos de corrupción posibles. Estamos
asistiendo al recorte de las libertades en aras de una supuesta seguridad.
¿Era esto lo que se perseguía cuando se inventaron la crisis económica, o
se les ha ido realmente de las manos a los creadores de dicha crisis? A veces,
cuando se crea un monstruo es muy difícil el poder controlarlo, y los efectos
pueden ser totalmente indeseados. Las bolsas se han hundido estrepitosamente en
todo el mundo. Las economías, dueñas del mundo no confían en la mente de un
individuo que quiere hacer saltar por los aires todos los tratados de comercio
firmados.
Sucede lo que ha ocurrido en otras ocasiones. El Estado islámico, creado
para luchar contra la antigua Unión Soviética en Afganistán, se ha ido
realmente de las manos a sus creadores, que ahora quieren eliminarlo por medio
de las armas, unas armas que ellos mismos les vendieron. Pero allí sólo estamos
hablando de muertos, ahora es mucho más peligrosos. Es la economía a nivel
global. Es cierto que el Estado norteamericano tiene elementos de contrapoder
que intentarán controlar las decisiones mas peligrosas y controvertidas de este
hombre, y que no dejarán caer la economía mundial. A este señor sabrán sacarle
partido. No lo dudemos.
Ahora tendríamos que analizar por qué ha perdido la señora Hillary
Clinton. ¿El resultado electoral habría sido el mismo en caso de haber sido el
candidato demócrata un hombre? ¿Se está castigando a la mujer por los errores
cometidos por su marido? Estas preguntas son difíciles de contestar y
probablemente no tendremos una respuesta. Lo cierto es que la señora Clinton no
ha sabido conectar con sus conciudadanos, a los que no ha sido capaz de
ilusionar. Se le ha reprochado su carácter frío y distante, su falta de
contacto con la realidad. Lo cierto es que con un contrincante como Donald Trump,
el resultado no es que éste haya ganado, sino que ella ha perdido, y con ella
creo que hemos perdido todos. ¿Habrá sido por ser mujer? Desde luego los
ideales feministas hoy han perdido por goleada. La lucha parece que está más difícil
de lo que parecía.