El Casino de Jerez retrató a una ciudad, en una época

Parece que últimamente, el Casino Jerezano está invirtiendo mucho esfuerzo en volver a ser un referente en el panorama cultural de la ciudad. El mercadillo que celebraron el mes pasado para dar salida a reliquias y recuerdos, y de paso hacer sitio para sus nuevos propósitos, ponen de manifiesto el interés en realizar algunos cambios. Los socios del casino pudieron adquirir algunos objetos que probablemente les arrancarían alguna que otra sonrisa. Además, han anunciado que su oferta de restauración mejorará esta nueva temporada con la inclusión de algunos productos nuevos y precios muy competitivos en sus menús, y están ultimando detalles para la contratación de canales televisivos relacionados con el fútbol para, de esta manera, poder ofrecer también las retransmisiones en directo de los encuentros de la Champions League. Dicen querer recuperar el ambiente de antaño, en el que la gente asistía en grupo a sus instalaciones. Todas estas ideas se las transmitieron hace unos días al Delegado de Cultura, Urbanismo y Fiestas, entrando también en el tema de su caseta.

Lo cierto es que el concepto actual de casino dista mucho del que se tenía hace cien o doscientos años. La aparición de los sitios online especializados rompe con muchos tópicos relacionados con los aspectos socioeconómicos de los jugadores. En estos momentos, el usuario tipo de la casa de apuesta online, que ofrece todo tipo de juegos de casino y poker, además de apuestas deportivas, tendría un patrón difícil de definir: jugadores de todas las edades, desde los 18 hasta los 80 años tal vez, conocedor de las Nuevas Tecnologías, aunque no necesariamente experto en la materia, hombre o mujer, indistintamente, y de clase socioeconómica media, en gran medida. La manera en que se relacionan unos u otros sectores de la población con el juego varía, eso sí, en función de la edad y del sexo, reflejándose en los horarios, frecuencia y cuantía de los depósitos, dispositivos utilizados para entrar en el sitio y en la elección del tipo de juego.

Es curioso, pero hace quince años, el conjunto de casinos que han estado funcionando en Jerez desde los comienzos de esta actividad sirvió para que la Universidad de Cádiz realizase un estudio, bajo el título “Sociabilidad Decimonónica: El Casino En Jerez”, firmado por Elena Sanz Ruiz. En el análisis se detalla que se seleccionó precisamente esta ciudad debido a la proliferación de este tipo de locales y su tendencia al ambiente festivo. Por definición, la oferta siempre atiende, o así debería ser, a una demanda, y el hecho de que encontrásemos tantos casinos venía a cubrir las necesidades de una porción de la sociedad muy concreta, y que en aquellos momentos se encontraba en auge: la burguesía. Los casinos irrumpen en Jerez a finales del siglo XIX para albergar sólo a aquellos que han conseguido forjarse un lugar en las altas esferas. Vienen a ser locales de ocio y recreación donde aquellos que tienen dinero pueden presumir de ello, dilapidando en el sector del juego. Además, en una sociedad todavía marcada por un fuerte machismo, sólo encontraríamos hombres en estos locales (salvo en eventos muy concretos).

A esta diferenciación del ocio de gente de clase alta, inaccesible para estratos inferiores, se unía la elección de edificios con unas características arquitectónicas, tanto en sus exteriores como en sus interiores, que pusiesen de manifiesto el refinamiento, la sensibilidad artística y el poder adquisitivo, a modo de reflejo de las capacidades económicas de quienes los visitasen.

Los primeros casinos que se crearon en Jerez fueron precisamente el Casino Jerezano y el Casino Nacional, que son los que a fecha de hoy podemos encontrar por las calles de la ciudad. El segundo se fundó en 1843, y siete años después, se inauguraba el primero. Si hay algún aspecto que se sigue manteniendo desde aquella época hasta nuestros días, es precisamente la celebración de eventos culturales en dichos recintos: tertulias, conciertos, monólogos, exposiciones, eventos benéficos… Como precisamente los socios, en estas primeras décadas, ostentaban grandes cargos, podían permitirse la organización de este tipo de eventos que consideraban de obra social o de caridad. El matiz de este tipo de actividades ha ido cambiando, y en estos momentos ya no se consideran actividades exclusivas para ricos, y desde luego la intención con que se realizan es la de lograr la mayor asistencia, independientemente de las clases sociales de los asistentes.

Podríamos decir que, aunque el juego sigue siendo la principal actividad de los casinos, la demanda ha crecido considerablemente, si bien mucha de esta queda materializada en el mercado online del sector. Desde luego, el usuario de casinos en internet no busca precisamente asistir a una exposición fotográfica, sino que los motivos que los mueven a acceder a los mismos son enteramente lúdicos, mientras que la asistencia al Casino Jerezano, según reflejan las declaraciones de su junta directiva, pasan por disfrutar de una buena cena con amigos o ver un partido en directo.