Un 20 de junio de 1983, Jerez de la Frontera vió nacer a su hijo más cuerdo. Era Miguel Ángel Benítez Gómez, el malogrado genio garrapatero, que tal día como hoy habría cumplido 32 años. Por eso, desde aquí, muchos se acuerdan hoy de él para desearle un feliz cumpleaños.
Se fue demasiado joven, el 6 de julio de 2004 una parada cardiorrespirtoria se llevaba a Migue, el que fuera cantante de Los Delinqüentes, que dejaba huérfanos a los garrapateros. Cuando tan solo tenía 21 años, el artista jerezano tendría que dejar de cantarle a la luna y a la libertad en la tierra, a partir de entonces tendría que hacerlo desde el cielo.
Pero hoy todos siguen recordando al Podenco. Su música, su voz quebrada y su poesía nunca han dejado indiferente a nadie. Porque de aquel animal que siempre le llamó la atención, la garrapata, él creó un sentimiento. Porque él era distinto, diferente a todos los demás.
Que se fuera no significa que no esté: su legión de garrapateros hace que las letras de 'er Migue' sigan sonando cada día en miles de reproductores; le sigue acompañando, porque él sigue presente. Para comprobarlo solo hace falta recordar el 'Vente pa Jerez' -vívelo íntegro de nuevo aquí-, un concierto homenaje al que, el pasado otoño, se acercaron personas desde toda la geografía española para que, en el décimo aniversario de su muerte, el espíritu de Migue volviera a estar con ellos en el Alcázar de Jerez.