El informe PISA acaba de salir y en él volvemos a
constatar que avanzar, lo que se dice avanzar, en materia educativa, no hemos
avanzado mucho y así llevamos cerca de 15 años. Seguimos suspendiendo y a la
cola. Y los andaluces sacamos una calificación como para sentirnos orgullosos.
Si ya España está atrasada, Andalucía, junto con Extremadura, se encuentra a la
cola de España. Eso sí, y para los que nos dedicamos a eso de los libros, hemos
mejorado en la lectura. Ahora comprendemos mejor lo que leemos, ¡menos mal! De
todas maneras, de la lista de Comunidades Autónomas españolas, estamos entre las
tres últimas.
Bueno, ¿y ahora qué? ¿A quienes les echamos la
culpa? ¿A los profesores? ¿A los padres? ¿A los alumnos? ¿Al sistema educativo?
¿A la dotación de presupuestos? ¿A los textos? ¿Es culpa del Ministerio o de la
Consejería correspondiente? Vamos a ver como se presenta la refriega. Y
esperemos que la casa –la del “unos por otros”- no se quede sin barrer. Porque
barrer, lo que se dice barrer, hay que hacerlo si no queremos tener un país de
zoquetes. Aunque esto, a lo mejor, interese a algunos. A los demás, se nos cae
la cara de vergüenza y vivimos asustados mirando a un futuro guiado por gente
que no sabe ni entender lo que lee.
Siempre digo que cuando el río suena, agua lleva y
que cuando se produce un problema nunca es culpa de uno solo. Aquí se necesita
una reflexión seria y un compromiso político en condiciones. De todos los
estamentos que conforman el panorama educativo en España. No basta con arrojar
los trastos a la cabeza del otro.
El Ministerio de Educación ha recibido los datos
explicando que "España se sitúa, por primera vez en la historia, al nivel
de los países más avanzados del mundo", en parte ocasionado por el
descenso de otros países. El que no se consuela es porque no quiere.
Lo cierto es que hay una espectacular distancia entre unas regiones españolas y otras, “síntoma
claro de las desigualdades endémicas de nuestro país que provocan que, por
ejemplo, comunidades como Navarra, Castilla y León o Madrid se encuentren a
menudo entre los primeros puestos absolutos y otras como Andalucía o
Extremadura queden tremendamente rezagadas”, según acabo de leer. Y esto hay
que hacérselo mirar, porque lo que está claro es que los resultados educativos
dependen de dónde ha nacido el alumno y en qué región vive. Y la igualdad
paseando por los Cerros de Úbeda. Cacareo de políticos pero contradicción, en
este caso, con la dura realidad.
A ver si además de justificaciones, a nuestros
gobernantes, se les ocurre algo para remediar este desajuste que nos lleva a un
futuro de gente sin preparación suficiente para afrontar con seriedad los retos
que se nos presentan.