Valoración positiva y "generosa" de la Temporada Taurina de El Puerto

Este empresario se ha gastado el dinero. Afirmación del veterinario Luis Díaz, acreditado profesional con experiencia en los reconocimientos de la Plaza Real de El Puerto de Santa María. Manifestaba su conformidad con las corridas de toros aprobadas y lidiadas en la temporada taurina de 2022.

Un hecho consecuente con la presentación de las cinco corridas de toros, de la novillada con picadores y de las dos clases prácticas que han sido uniforme para dar su veredicto sin ningún tipo de problemas, aunque haya habido desigualdades. Algo que en otrora provocaba muchas disconformidades en las horas de los reconocimientos.

La empresa Circuitos Taurinos, gestionada desde su primer responsable Carlos Zúñiga hijo, ha cumplido con seriedad y eficacia con la presentación del toro, del novillo y del eral, que saltaron al Real y Centenario coso portuense. De esta forma desaparecía un tanto el tópico de que había que buscar el toro de El Puerto. 

Zúñiga es un joven maduro en la profesión y tiene amplia experiencia y conocimiento para elegir el toro en el campo. Aquí también lo ha demostrado. Actividad con riesgo y valentía que añade a su función como empresario y apoderado. 

En la organización del espectáculo taurino hay dos puntos fundamentales para confeccionar cualquier cartel. Esta circunstancia le corresponde con absoluta responsabilidad a la empresa, primero para contratar a los toreros y a su vez para comprar las corridas de toros. En ambos aspectos la temporada 2022 a pesar del corto espacio que brindaba la concesión exprés por parte del Ayuntamiento, ha tenido la respuesta muy aceptable del serio compromiso adquirido del lado de la empresa de Carlos Zúñiga.

Otra cuestión ha sido la confección de los carteles taurinos. Han abundado los nombres de los diestros considerados como primeras figuras, aunque no han tenido el tirón suficiente de taquilla con la salvedad del sábado 6 de agosto cuando en el cartel aparecía el anhelado anuncio de –no hay localidades- con la feliz coincidencia de la aparición en el ruedo del heroico espada Andrés Roca Rey. 

En la presentación de la temporada, Carlos Zúñiga advirtió algo muy considerable. Superar todas las expectativas, circunstancia que después no se ha producido. Es más reconocía que la respuesta del público sería la que le pudiera dar la razón sí estuvo o no acertado en la confección de la temporada. Le toca ahora al propio empresario a hacer el análisis de autocrítica o autovaloración, en función a los delicados momentos que atraviesa la Fiesta. 

En nada pondremos de nuestra parte a discusión sobre los toreros que tenían que venir al Puerto. Zúñiga trajo a los que creía que empresarialmente iban a desbordar las taquillas. Tendrá que investigar que salvo Roca Rey, por lo menos en El Puerto, ninguno fue capaz de superar la media entrada y con la seria preocupación que produjo el primer cartel de apertura con Morante, El Juli y Daniel Luque que llegaron a completar poco más de un cuarto del aforo.

Tal vez revisar el calendario de corridas –entre julio y agosto- algo más separadas sería un referente de tiempos pasados, cuando se ofrecían un mayor número de festejos. En la actualidad resulta casi imposible ante la bajada de asistencia de espectadores. En tiempo inmemorial no ha habido ningún último fin de semana de julio, con dos corridas seguidas de sábado y domingo. En menos de siete días se ha despachado la programación con características más propia de una feria que de una temporada. Entendemos que los domingos de agosto, especialmente los dos primeros se acumularon con la presencia de las primeras figuras en tiempos pasados para fortalecer el ambiente, asimismo de otras corridas anunciadas dentro del mismo mes de agosto.

La temporada en la plaza Real de El Puerto de Santa María, por nuestra parte tiene una valoración positiva desde el punto de vista del serio compromiso adquirido por el empresario. En cuanto al contenido artístico ha habido un ambiente a veces muy generoso por parte de los espectadores. Siempre fue El Puerto de Santa María una plaza con una animación muy especial y personalísima, además de aportar mucha generosidad para la concesión de trofeos. Ese buen clima dio origen a que todas las tardes se abriera la Puerta Grande para sacar en olor de multitudes por dos veces a Daniel Luque, una a Julián López "El Juli", otra a Talavante y la novillada fueron aupados Álvaro Alarcón y el debutante Víctor Barroso, los también matadores Manuel Escribano, Alejandro Morilla y Juan Ortega.

Una de las faenas más rotundas e importantes de este ciclo, le correspondió hacer a Manuel Escribano. Ante un encastado toro de Adolfo Martín de impecable presentación como toda la corrida del desafío ganadero, -hierros de Cuadri y de Adolfo Martín- Escribano realizó una faena cumbre, completa de serenidad, temple, buen gusto y armónica ligazón en toda la serie. Impactó el toreo del diestro gerenense.

Otra actuación en su segunda comparecencia triunfal, fue la artística faena de Daniel Luque en especial por su intervención en la corrida del sábado 6 de agosto, donde se alzó como rotundo triunfador. Podemos catalogar como los hechos más sobresalientes de una temporada que tuvo suficientes corridas, entendemos que demasiado apretadas en su calendario. Destacar que todas las corridas fueron aprobadas en el primer reconocimiento y que como punto de satisfacción durante todos los festejos celebrados no se devolvió ningún toro a los corrales. Hechos que se unen a una valoración positiva, pero a veces generosa por parte de la concesión de vueltas al ruedo para determinados toros –La Quinta, Adolfo Martín, Núñez del Cuvillo- pero donde los espadas como "El Juli", Manuel Escribano y Daniel Luque, fueron con sus peticiones los que incitaron al palco de cada corrida para que se hiciese el premio final de los tres toros solicitados por los mencionados diestros.