Un avión privado Cessna procedente del Aeropuerto de Jerez se ha estrellado en aguas del Mar Báltico cerca de Ventspils, Letonia, cuando se dirigía a Colonia/Bonn, en Alemania, según su plan de vuelo. Así lo han informado agencias como EFE y EP, haciéndose eco de la noticia medios como El País, El Confidencial o El Mundo.
El aparato, registrado en Austria y propiedad del alemán K.P. Grisemann, dueño de Quick Air, habría tenido problemas por la presión en cabina, según recoge el tabloide alemán Bild, que asegura que en el avión viajaban cuatro personas. Todo hace indicar que se trataba del empresario con su mujer, su hija y un cuarto pasajero.
La aeronave, una Cessna 551, había despegado de Jerez a las 14:56, según la web de seguimiento de vuelos Flight Radar 24, que dejó de recibir información del aparato cuando estaba a 2.100 pies de altura (640 metros).
La nave partió con destino a Colonia, pero cuando se encontraba en el espacio aéreo francés habría sufrido una despresurización de cabina. Las autoridades suecas afirman que la posibilidad de encontrar supervivientes tras el aparatoso accidente es mínima una vez que han hallado trozos del jet y manchas de aceite del mismo.
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